Hrleophotos, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons

Arquitectura soviética de Estonia: el monumental Linnahall de Tallin

La arquitectura soviética dejó en Estonia muchos edificios interesantes, aunque controvertidos, que siguen siendo testimonio de una época pasada. Entre ellos destaca el Linnahall de Tallin, un monumental edificio a orillas del mar Báltico que data de la época soviética. Hoy, a pesar del paso de los años, el Linnahall sigue despertando el interés de los aficionados al Brutalismo y es objeto de numerosos debates sobre el futuro de este tipo de edificios, que durante décadas fueron un símbolo del poder soviético, pero hoy permanecen sin uso y en mal estado.

Historia del Linnahall de Tallin

El Linnahall, conocido en la época soviética como Tallinna Kultuuri- ja Spordipalee nimi V. I. Lenini (Palacio de la Cultura y el Deporte Vladimir Lenin), fue diseñado para albergar los Juegos Olímpicos de Verano de 1980 en Moscú. La construcción de esta estructura monumental tenía como objetivo crear un recinto que pudiera albergar a 6.000 personas y servir de espacio para diversos actos culturales y deportivos. En el corazón del edificio había un enorme complejo deportivo y de conciertos, que incluía una sala de conciertos, una pista de patinaje sobre hielo y numerosos cafés. A medida que avanzaba la construcción, Linnahall se dotó también de un pabellón deportivo, donde no sólo se celebraban partidos de hockey, sino también exposiciones, desfiles de moda o conciertos. Por este motivo, se convirtió rápidamente en uno de los centros culturales más importantes de Tallin.

El edificio en su apogeo. Foto: architectuul.com, CC BY-SA 3.0

Linnahall

Importancia arquitectónica: monumentalismo y funcionalidad

Las arquitectas Raine Karp y Riina Altmäe y las interioristas Ülo Sirp y Mariann Hakk crearon un diseño que aún hoy se considera uno de los ejemplos más claros del monumentalismo soviético. El edificio se diseñó no sólo para albergar a miles de personas, sino también para integrarse en el paisaje urbano, preservando al mismo tiempo las vistas del casco antiguo. Su plano se diseñó cuidadosamente teniendo en cuenta la funcionalidad y la estética. Las formas sencillas pero majestuosas del edificio hacen que el Linnahall destaque entre los demás edificios de Tallin. La inspiración arquitectónica puede verse en las similitudes con estructuras como los zigurats babilónicos, las fortificaciones suecas y las pirámides mexicanas, así como en las influencias modernistas y brutalistas. El Linnahall también se convirtió en una especie de monumento al poder y la ambición soviéticos, al ser la única estructura del periodo soviético construida justo frente al mar, lo que le dio un protagonismo cultural y espacial especial en Tallin.

Decadencia y futuro del Linnahall

Tras la independencia de Estonia en 1991, Linnahall se encontró en el precipicio. A pesar de los intentos iniciales de mantener una función cultural en el edificio, con el paso de los años el edificio se deterioró y necesitó una renovación urgente. El paso del tiempo, la dureza del clima, la proximidad del mar y una mala gestión lo habían llevado a la ruina. En 1998 se descubrió que el edificio necesitaba una costosa reforma y que la estructura corría peligro de catástrofe debido a los daños sufridos por el tejado y los sistemas técnicos. Aunque se ha intentado devolver la vida a Linnahall -incluida la creación de planes para renovarlo y adaptarlo a nuevas funciones, como centros de conferencias u hoteles-, el edificio sigue en estado de abandono. En 2009 se iniciaron nuevas conversaciones sobre la venta y transformación del edificio, pero aún no se ha encontrado una solución eficaz para devolver a Linnahall su uso permanente. El antiguo Palacio de la Cultura y el Deporte se utiliza actualmente como helipuerto y como sede de actos culturales ocasionales.

Hrleophotos, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons

Linnahall hoy: un icono del pasado y un futuro incierto

Hoy en día, Linnahall es un lugar que despierta tanto la curiosidad de los entusiastas del Brutalismo como el resentimiento de los talaianos por su pedigrí. Aunque ya no se utiliza, sigue siendo un símbolo de una época, que aún configura la imagen contemporánea de Estonia. Por un lado, es un monumento al monumentalismo soviético; por otro, un espacio lleno de potencial que sólo espera ser debidamente desarrollado. El futuro de Linnahall depende de las decisiones de las autoridades municipales y de las posibilidades financieras asociadas a la renovación y adaptación de un edificio tan exigente.

Fuente: architectuul.com, visittallinn.ee

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