fot. EmDee, wikimedia, CC 4.0

Brutalismo con ventanas ámbar. El visionario CBR de Bruselas

El hijo de un diplomático polaco diseñó algunos de los edificios de oficinas más originales de la era Brutalista. El proyecto más famoso del arquitecto Constantin Brodzki es el singular y fotogénico edificio de la cementera CBR en Bruselas. Sus asombrosas ventanas naranjas se insertan directamente en los módulos de hormigón prefabricados en la fábrica de CBR. Construido en 1970, el edificio de oficinas ofrecía el primer sistema de aire acondicionado del país y sus interiores de palisandro acentuaban el lujo y la modernidad. Curiosamente, en su juventud, Brodzki también participó en la construcción de la famosa sede de la ONU en Nueva York, gracias a las conexiones diplomáticas de sus padres.

De Varsovia a Bruselas

Nacido en 1924, Constantin Brodzki creció en varios países europeos, entre ellos Polonia. Finalmente, justo antes de la Segunda Guerra Mundial, el futuro arquitecto se trasladó con su familia a Bélgica, donde completó sus estudios de arquitectura. Cabe señalar que su padre era un diplomático polaco vinculado a Roma y Alemania (posiblemente el Dr. Jan Łodzia-Brodzki), y su madre una belga con muchos contactos importantes. Uno de esos contactos era un empleado de la embajada belga en Varsovia, que a su vez trabajaba para Henri Spaak, entonces Presidente de la Asamblea General de la ONU. Los contactos diplomáticos ayudaron a enviar a Constantin, de sólo 24 años, a Nueva York para realizar unas prácticas en la construcción de la sede de la ONU.

El joven arquitecto preparó dibujos y adquirió una experiencia vital, a pesar de su escaso nivel de inglés. Afortunadamente, conoció a un polaco en la oficina de diseño que le explicó en qué consistía realmente su tarea. Trabajar en Estados Unidos le enseñó a pensar de forma moderna sobre arquitectura y tecnología. A su regreso a Bélgica, trasladó este aprendizaje a sus proyectos.

En 1958, el arquitecto diseñó el pabellón belga del Congo para la Exposición Universal de Bruselas. Brodzki se opuso a las líneas simples y minimalistas del modernismo imperante y optó por una gran rotonda de hormigón. El éxito del innovador pabellón hizo famoso a Brodzki en la escena local de arquitectura experimental, que prosperaba en Bruselas.

photo by Michael Holemans, wikimedia, CC 4.0

Jugando con el hormigón

Uno de los primeros y también más destacados experimentos de Brodzki es el edificio CBR, en el distrito de Bruselas-Capital. El propietario de la cementera CBR dio vía libre al arquitecto para diseñar las nuevas instalaciones. Además, Brodzki tuvo a su disposición las fábricas de la empresa para producir los módulos individuales del edificio.

Al arquitecto nunca le gustó la sencillez del modernismo, y admiraba más los edificios ornamentados de finales del siglo XIX. Sin embargo, aquellos tiempos habían pasado, y Brodzki creaba en una época de emergente Brutalismo, que jugaba con la plasticidad del hormigón. Por este motivo, la fachada del edificio de oficinas de 31,5 m de altura está formada por 756 módulos de hormigón que se asemejan a formas naturales. Curiosamente, el patrón de fundición de los elementos prefabricados se hizo con resina epoxi. Las ventanas ovaladas de color ámbar se encastraron en el hormigón sin marcos, lo que permitió un excelente aislamiento.

La construcción del edificio prefabricado avanzó muy rápidamente, pero el interior requirió más precisión. Los suelos de la planta baja se forraron con parqué brillante, y las paredes de hormigón se decoraron con pavés. En los pisos superiores brillan los paneles de caoba y los muebles diseñados en parte por Brodzki. El arquitecto participaba personalmente en el diseño de detalles como pomos y botones, para que su obra fuera coherente en su filosofía. Por supuesto, en la imitación de formas orgánicas del edificio no podían faltar grandes macetas de plantas, que rompen el marrón y el gris con su verde intenso.

photo by EmDee, wikimedia, CC 4.0

Icono brutalista en apuros

Enfrentarse a un enfoque bastante novedoso de las formas orgánicas prefabricadas exigía que los trabajadores conocieran a fondo los planos y las técnicas. El duro trabajo dio sus frutos, y el CBR se convirtió en un icono del Brutalismo belga. En 1979, el edificio se convirtió en el único edificio belga presentado en una exposición sobre arquitectura moderna en el Museo de Arte Moderno. Tras el éxito del CBR, Brodzki siguió trabajando con la empresa y otros encargos.

En 2017, la empresa decidió trasladarse a unos locales nuevos y más amplios. La comunidad arquitectónica se asustó ante la posibilidad de demoler este edificio valioso para la historia de la arquitectura. Gracias a los esfuerzos de los arquitectos, al año siguiente se consiguió que el CBR fuera declarado monumento en Bruselas. En 2018 también se llevó a cabo una renovación que conservó la mayor parte de las ideas originales de Brodzki. Hoy, el edificio sirve como espacio de trabajo compartido gestionado por Fosbury & Sons.

¿Un Le Corbusier mejor?

Brodzki quería emular las formas orgánicas, sobre todo su fluidez. Aunque no consideró la fachada del CBR una obra de arte hasta el final de su vida, estaba convencido de que su edificio era bonito. Sus ideas sobre la prefabricación y las formas interesantes del hormigón eran impresionantes, pero a menudo difíciles de realizar. Esta edición de la arquitectura moderna no caló en las décadas siguientes, y muchos de los diseños de Brodzki fueron sustituidos por edificios más modernos.

Los diseños de Le Corbusier se hicieron mucho más famosos, aunque, como creía Brodzki, todas las invenciones del «padre del modernismo» cayeron en desuso. Brodzki creó una atmósfera, mientras que el suizo introdujo una mecánica que decía a la gente cómo vivir, sin interesarse por lo que realmente era importante. Aun así, cabe mencionar que, más adelante en su carrera, el Brutalista belga empezó a apreciar la obra de Philip Johnson, como el PPG Place de Pittsburgh, sobre el que puedes leer AQUÍ. Su juego con el vidrio y la forma posmoderna estaba en consonancia con la filosofía de Brodzki. Este eminente visionario belga superó la creatividad de muchos de los arquitectos brutalistas más conocidos en muchos aspectos, y el CBR de Bruselas es un gran ejemplo de ello.

Fuente: Fachadas admirables, «CLARA 2018/1 (n° 5)

Lee también: Arquitectura | Curiosidades | Bélgica | Brutalismo | Hormigón | Edificio de oficinas | whiteMAD on Instagram