En el corazón de Londres, en el elegante barrio de Bayswater, se encuentra la calle Leinster Gardens, que a primera vista no tiene nada que envidiar a cualquier otra de la capital británica. Está decorada con llamativas casas adosadas victorianas. Sin embargo, entre estas casas se esconde un secreto que da fe del ingenio y la astucia de los ingenieros del siglo XIX. En los números 23 y 24 de Leinster Gardens hay dos “casas falsas”, edificios que son meras ilusiones. Están diseñados para ocultar los elementos menos estéticos de la infraestructura urbana. Las fachadas de estos edificios armonizan perfectamente con las casas adosadas vecinas. Tienen los mismos balcones ornamentados, columnas jónicas, ventanas con balaustradas y todos los demás detalles arquitectónicos característicos de la época victoriana. Sin embargo, tras esta elegante fachada se esconde… el vacío.
Las falsas casas de Leinster Gardens se construyeron en la década de 1860, durante la construcción de la primera línea de metro del mundo, el Metropolitan Railway, que hoy forma parte del metro de Londres. Como las locomotoras de vapor que prestaban servicio en la línea generaban grandes cantidades de vapor y humo, era necesario habilitar espacios abiertos donde las bocanadas pudieran encontrar una salida y dispersarse. Ese espacio se creó en los números 23 y 24 de Leinster Gardens, y los edificios que había allí fueron demolidos. Sin embargo, un agujero abierto en pleno centro de un prestigioso barrio londinense era inaceptable.
Foto: Google Maps
Así que los ingenieros decidieron una jugada inteligente: construyeron fachadas de casas para ocultar la antiestética vista y, al mismo tiempo, dar continuidad a la elegante hilera de casas adosadas. Esto permitió a los residentes de Bayswater, así como a los transeúntes, disfrutar de la vista de los hermosos edificios sin darse cuenta de que detrás de algunos de ellos había espacio vacío y vías de tren.
Foto Google Maps
Las fachadas de las casas falsas son mantenidas por Transport for London y son un ejemplo de increíble cuidado del espacio urbano. Las fachadas tienen alrededor de 1,5 metros de grosor y todas las ventanas y puertas se han diseñado para que parezcan reales, aunque no haya interiores detrás. Estas casas, aunque vacías por dentro, desempeñan un papel importante en el paisaje urbano.
Hoy en día, los Jardines Leinster son conocidos no sólo por su elegancia, sino también por este inusual truco de ingeniería que le permitió combinar funcionalidad y estética. Las casas falsas son un ejemplo fascinante de cómo la arquitectura y las infraestructuras pueden coexistir en armonía, incluso en un lugar tan denso y prestigioso como el centro de Londres.
Fuente: lookup.london.com, secretldn.com
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