La cerámica forma parte de la arquitectura desde hace siglos, decora los edificios y les confiere un carácter único. Tras años de marginación, esta forma de arte está resurgiendo y encontrando su lugar en los espacios urbanos modernos. En Varsovia, el estudio de la Sra. Jurek creó una enorme composición de cerámica que remite a la tradición de las realizaciones de la época comunista y es expresión del deseo de reintegrar el arte en la arquitectura.
La moderna sede de Colliers International, situada en el edificio The Form, en el número 11 de la calle Miedziana de Varsovia, cuenta con una obra única de Magda Jurek. La composición horizontal adorna la pared del comedor de empleados, ejemplificando la hábil combinación de arte y espacio funcional. El proyecto se creó en el taller de la artista, y el equipo de Colliers Define: Zuzanna Jaszczuk, Zuzanna Świątek y Magdalena Kubicka, junto con Kuryłowicz & Associates, son los responsables de la arquitectura del edificio. Los elementos en relieve recubiertos de esmalte verde y engobe azul mate cambian según la hora del día y del año, reflejando la luz que entra por las amplias ventanas. La composición combina color y cualidades espaciales, equilibrándose en la frontera entre abstracción y figuración, un rasgo característico del estilo de Magda Jurek.
Cerámica inspirada en la República Popular de Polonia. Foto: Moodauthors
La artista se inspiró en el concepto de ciudades utópicas, como La Citta Ideale de Leonardo da Vinci, Palmanova o los proyectos modernistas de Le Corbusier y Oskar Hansen. En estas visiones, la ciudad como organismo social debía influir en la naturaleza humana, lo que se refleja en el diseño de Magda Jurek. La composición «POLA 37» recuerda a un plano urbano, aunque su perspectiva sigue siendo ambigua. Se pueden encontrar elementos modernistas en las estructuras: paredes blancas con claroscuros acentuados con engobe azul, divisiones geométricas, pilotis y vegetación omnipresente. Sin embargo, estas referencias arquitectónicas se deconstruyen y dispersan, creando una nueva calidad espacial.
El proyecto de Magda Jurek es una continuación de la serie «POLA», en la que la artista hace referencia a las ideas modernistas de integrar el arte con la arquitectura. En la posguerra, las pinturas cerámicas decoraban oficinas, estaciones de ferrocarril, cines y edificios de sanatorios. En este contexto, las obras de artistas como Krzysztof Henisz, Krystyna Zgud-Strachocka o Wojciech Fangor fueron una parte importante de la cultura del espacio público. La composición de Magda Jurek es un homenaje a la tradición y una expresión de esperanza en el regreso de la cerámica a gran escala para lugares específicos a los espacios arquitectónicos contemporáneos. En un mundo en el que el arte se reduce a menudo a una función decorativa, este proyecto es un recordatorio de que puede ser parte integrante de nuestro paisaje cotidiano.

La marca Ms Jurek se creó en 2010 por iniciativa de Magda Jurek, artista y diseñadora. Esta licenciada en pintura concibe sus objetos como signos, esculturas o instalaciones, tratándolos también como herramientas para composiciones abstractas. Las formas funcionales se convierten en un medio de expresión, al igual que los colores, las texturas y las formas. Los objetos de Jurek van más allá de las funciones convencionales: la interactividad es su principal característica. Se crean en respuesta a su entorno y sus usuarios, pero la ergonomía y la funcionalidad siguen siendo prioritarias. Su fascinación por la cerámica y su respeto por sus posibilidades y limitaciones quedan patentes en cada proyecto. Todos los objetos se crean in situ, en el estudio de Jurek, principalmente a mano, bajo la atenta mirada de la diseñadora.
Fuente: Ms Jurek
Fotos: Moodauthors
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