Los propietarios de un piso de 60 metros cuadrados en Varsovia se dirigieron a la arquitecta Olga Milfort, fundadora de MILFORT.studio, con un objetivo claro. Querían crear un interior de estilo escandinavo que resultara acogedor y luminoso para los futuros inquilinos. Su unidad consta de un dormitorio, un salón con cocina americana y un cuarto de baño. Debido al presupuesto limitado, el diseño se adaptó a la distribución existente de las habitaciones.
En su diseño, la arquitecta se centró en aprovechar al máximo el espacio disponible y en soluciones rápidas y económicas. La mayor parte del mobiliario se fabricó con productos de Ikea, lo que ayudó a reducir costes y acortar el tiempo de construcción. Las excepciones son las mesillas de noche de madera y el sofá de Optisofa, que aportan un elemento de artesanía y diseño local al interior. La combinación de colores de este interior se inspiró en los típicos pisos que se ven en Estocolmo. Las paredes, los techos, las cortinas y la iluminación, de un blanco roto brillante, son el telón de fondo de los demás elementos de diseño. Los colores cromáticos delimitan aquí las zonas funcionales: cocina, salón, baño y dormitorio.

El salón está dominado por colores vecinos en la rueda cromática: el verde y el amarillo. El verde apagado introduce calma y crea un puente entre el interior y la naturaleza al otro lado de la ventana. El cálido amarillo, en cambio, aporta energía y evoca la luz del atardecer. La pared del salón está empapelada con un motivo floral de la marca sueca Boras Tapeter, que destila carácter folclórico con un toque moderno. El suelo de roble en tonos miel de Barlinek acentúa el carácter natural del interior, mientras que los cálidos acentos en forma de tiradores dorados y picaportes dan unidad a todo el proyecto.
La cocina mantiene las formas sencillas, pero se distingue por los detalles: un fregadero de cerámica, tiradores retro, azulejos irregulares sobre la encimera y un radiador que recuerda a un radiador clásico de hierro fundido. Estos elementos evocan un ambiente escandinavo en el que la funcionalidad se combina con una estética sutil.

El diseño del cuarto de baño pretendía combinar dos estados de ánimo: el estímulo matutino y la tranquilidad vespertina. Las paredes presentan grandes baldosas de textura irregular y ligeramente brillante que recuerdan la superficie de la luna. Su color gris claro introduce una impresión de limpieza y orden, al tiempo que crea un fondo neutro para los demás elementos. El contraste lo aportan las pequeñas baldosas retro de color verde, el mueble de madera bajo el lavabo y los detalles dorados de la grifería. La iluminación desempeña aquí un papel importante. La luz más fría de las lámparas del techo ayuda a empezar el día, mientras que la cálida esfera que cuelga junto al espejo crea un ambiente relajante para el baño vespertino.
El dormitorio debía distinguirse claramente del resto del piso, creando una zona íntima y privada. Este efecto se consiguió mediante la yuxtaposición de colores complementarios que se complementan y crean un contraste. La pared de detrás de la cama se pintó de azul petróleo con tonos verdes, y las ventanas están decoradas con pesadas cortinas de terciopelo en un cálido tono granate. Esta composición centra la atención en la cama y subraya su importancia en la habitación. Las lámparas de cristal junto a la cama, que recuerdan a la piedra, aportan un aire crudo y escandinavo. Los detalles dorados, como los tiradores del armario y los elementos de iluminación, completan la decoración.
Diseño: Olga Milfort – MILFORT.studio
Fotos: Paul de Simple Angles
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