De Austria a Panamá: una panadería minimalista que huele a pan y a naturaleza

Krume Bäcker es una panadería moderna en Panamá que combina de forma única la tradición austriaca con técnicas de construcción locales, un enfoque sostenible y un diseño contemporáneo. El renombrado estudio panameño Mallol Arquitectos, que lleva años redefiniendo los estándares de la arquitectura en América Latina, es el responsable del proyecto.

Tradición y modernidad en armonía con el entorno

El interior de la panadería Krume Bäcker refleja la filosofía de sencillez, calidad y respeto por el patrimonio de la marca. La pieza central del espacio son las paredes y el mostrador de tierra apisonada, una técnica de construcción característica de la artesanía tradicional panameña. Este material, de origen local y no procesado industrialmente, no sólo confiere al interior una sensación de crudeza, sino que también proporciona un aislamiento térmico y acústico natural. Cabe destacar que todo el proceso de construcción se llevó a cabo en colaboración con artesanos locales, lo que refuerza aún más el valor cultural del proyecto.

Mobiliario sostenible de madera recuperada

Las paredes naturales se complementan con muebles originales diseñados por Mallol Lifestyle Studio. Todo el mobiliario -desde mesas hasta sillas- se ha fabricado con madera recogida del fondo del lago Bayano, una de las mayores masas de agua de Panamá. Esta madera, sumergida hace décadas, es una materia prima extremadamente sostenible y ecológica que se recoge sin dañar el medio ambiente. El proceso se lleva a cabo en colaboración con la comunidad Guna Madugandí y utiliza aceites biodegradables y un secado en horno de hasta 2,5 meses.

Un espacio bien pensado pensando en la comunidad

La distribución interior de la panadería se ha diseñado para facilitar tanto las visitas rápidas como las reuniones prolongadas para comer. Los pasillos abiertos facilitan la circulación y los asientos, cuidadosamente colocados, se adaptan a las necesidades tanto individuales como colectivas. Todo ello se complementa con una iluminación diseñada para resaltar el elemento más importante: el pan recién horneado. El ambiente del interior se basa en una paleta de colores neutros que alude al proceso de panificación, desde la harina hasta la masa y la corteza crujiente del pan.

Sostenibilidad en el diseño

El proyecto Krume Bäcker es un ejemplo de enfoque consciente de la arquitectura. El uso de materiales naturales y locales ayudó a reducir significativamente la huella de carbono. El equipo de Aparato A, encargado de fabricar los elementos de tierra, desarrolló mezclas basadas en las propiedades del suelo, lo que garantizó la durabilidad y funcionalidad de la estructura. Todo el trabajo fue realizado por equipos locales, lo que se tradujo en transferencia de conocimientos y activación de la comunidad.

Arquitectura que transforma el espacio social

Krume Bäcker no es sólo una panadería: es un espacio que integra a la comunidad local, un lugar de encuentro e intercambio. El proyecto demuestra que el buen diseño puede ir de la mano del cuidado del medio ambiente y el respeto por el patrimonio local.

El responsable de la realización es el estudio Mallol Arquitectos, que, gracias a su departamento interno de I+D Mallol FWD, innova constantemente y aplica métodos de diseño innovadores. Las actividades de la empresa abarcan diversas tipologías -desde espacios residenciales a comerciales o institucionales-, siempre con un espíritu de sostenibilidad y responsabilidad urbana.

Diseño: Mallol Arquitectos / @mallol.arquitectos

Fotografía: Mauricio Carvajal

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