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Shahee Ilyas, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons

De pueblo pesquero a metrópolis: el desarrollo de la isla de Malé

La ciudad de Male es la actual capital de las Maldivas. Comenzó su historia como un pequeño asentamiento pesquero en una isla arenosa del atolón de Male Norte. Según los relatos locales, los primeros habitantes llegaron aquí desde lo que hoy es India y Sri Lanka. La isla era un lugar cómodo para los pescadores, que aprovechaban los arrecifes y bajíos cercanos. La vida era sencilla y la comunidad funcionaba sin una autoridad centralizada. El propio nombre de Male está relacionado con el término que designa el agua manchada con la sangre de los peces, destripados por los pescadores de Giravar. Al principio, por tanto, era un espacio crudo y natural, donde aún no había estructuras urbanas ni edificios avanzados.

Isla real y ciudad amurallada

La verdadera transformación de Malé comenzó con la llegada del príncipe Koimala, procedente del subcontinente indio. Fue él quien creó aquí el primer centro de poder, que en los siglos siguientes se convirtió en la capital del sultanato. La isla pasó a conocerse como la Isla del Rey, ya que se convirtió en la sede de las dinastías gobernantes. Los primeros palacios, edificios administrativos y mezquitas fueron apareciendo poco a poco en la creciente ciudad, dándole un significado político y religioso. Con el tiempo, la ciudad se rodeó de murallas y fortificaciones y sus puertas marcaron las fronteras de la capital. Aún hoy, la Mezquita del Viernes, uno de los edificios religiosos más antiguos e importantes de las Maldivas, es un recuerdo de este periodo.

Mezquita del Viernes. Foto de Zairon, CC BY-SA 4.0, vía Wikimedia Commons

Cambios en Malé en la era moderna

En el siglo XVII, el sultán Muhammad Imaduddin fortificó Malé levantando murallas defensivas al norte, este y oeste. En aquella época, la isla era pequeña, rodeada por una laguna poco profunda, y su puerto servía a pescadores y pequeñas embarcaciones comerciales. Con el tiempo, sin embargo, la ciudad empezó a crecer. El creciente número de habitantes hizo necesario ensanchar las calles, trazar nuevas parcelas y construir más casas. En la década de 1920, se demolieron algunas de las antiguas fortificaciones y los cementerios se convirtieron en zonas residenciales y viviendas públicas. Malé fue perdiendo poco a poco su carácter de ciudad fortificada y fuertemente compacta, y aparecieron en su tejido los primeros rastros de un trazado urbano más abierto. El omnipresente verdor se convirtió en enemigo del progreso, por lo que la ciudad empezó a perderlo a un ritmo alarmante.

Transformación en el siglo XX

La abolición de la monarquía en 1968 abrió un nuevo capítulo en la historia de la isla. Las autoridades decidieron demoler el palacio real, y con él muchos de los antiguos fuertes y baluartes. Sólo quedaron en pie algunos edificios de importancia histórica. Las décadas siguientes trajeron consigo un rápido crecimiento de la población, lo que hizo necesario recuperar tierras de la laguna que rodeaba la isla. La recuperación permitió ampliar el área de Malé, creando nuevas zonas para viviendas residenciales y públicas. También se construyeron modernos edificios administrativos y los primeros hoteles, preparando la ciudad para convertirse en un centro turístico.

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Shahee Ilyas, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons

La metrópolis moderna

Male es hoy una de las ciudades más densamente pobladas del mundo. Casi toda la superficie de la isla central está edificada, y los bloques de apartamentos y las casas multifamiliares compactas son las formas arquitectónicas dominantes. Prácticamente no ha habido espacio para zonas verdes. A medida que crecía la población, se crearon nuevos barrios e islas artificiales como Hulhumalé y Villimalé, que descongestionan la capital. En la actualidad, Malé es el corazón administrativo, económico y de comunicaciones de Maldivas. Alberga instituciones estatales, el principal puerto comercial y el aeropuerto internacional de Velana, que recibe millones de pasajeros al año. La ciudad combina restos de elementos históricos con edificios modernos y es un escaparate de todo el país.

Un símbolo de la transformación de Malé

La historia de Malé muestra claramente cómo una pequeña isla puede transformarse en una metrópolis dinámica a lo largo de los siglos. El proceso implicó un desarrollo político, religioso y económico, así como sucesivas etapas de urbanización. Las antiguas fortificaciones y palacios reales dieron paso a edificios modernos y a un denso tejido urbano. La recuperación de tierras ha ayudado a hacer frente al crecimiento de la población y Male se ha convertido en el centro de la vida maldiva. La capital actual, por un lado moderna y abarrotada, y por otro con vestigios de historia, es un testimonio de los cambios dinámicos que se están produciendo en todo el archipiélago. Pero, ¿son positivos?

Fuente: ebsco.com, huraa-island.com

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