Trasladar edificios enteros puede sonar a tecnología futurista, pero este tipo de operación tiene una historia sorprendentemente larga. Ya en la primera mitad del siglo XX se llevaron a cabo con éxito proyectos similares, a veces incluso sin desalojar a los ocupantes. El precursor fue Estados Unidos, y Europa no tardó en sumarse a la carrera. Los ingenieros polacos también tienen mucho de lo que presumir. Baste mencionar el traslado de posguerra de la barroca Iglesia de la Natividad de la Santísima Virgen María (escribimos sobre ello AQUÍ) o la rotación del Palacio Lubomirski de Varsovia (escribimos sobre ello AQUÍ). ¿El motivo? Normalmente se trataba de nuevos desarrollos urbanísticos que requerían la eliminación de obstáculos existentes en el trazado previsto de una calle o plaza. Así ocurrió en 1987 en la ciudad rumana de Alba Iulia, donde un bloque de apartamentos de cuatro plantas de la época comunista se interponía en el camino de una futura avenida representativa.
Operación en Alba Iulia
El cerebro de todo el proyecto fue el ingeniero Eugen Iordăchescu, que ha salvado de la demolición decenas de edificios, entre ellos iglesias y monasterios de todo el país. El bloque que colisionaba con el nuevo bulevar Transilvania se dividió primero en dos mitades. A continuación, cada mitad se desplazó unos 25 metros en un ángulo de 33 grados hasta su posición original. El trabajo duró cinco horas y 40 minutos. Lo más sorprendente es que los residentes no fueron evacuados. Una residente puso un vaso de agua en la barandilla del balcón. Cuando terminó la operación, vio que no se había derramado ni una gota. Para poder trasladar una estructura tan grande, primero la cortaron de los cimientos. Se excavó un espacio bajo la estructura donde se instalaron raíles y rodillos especiales. El edificio se colocó sobre un bastidor provisional de acero, bajo el cual había gatos hidráulicos controlados centralmente. Estos permitían levantar todo el bloque de manera uniforme. También se utilizaron estructuras de apoyo de madera para la estabilización, formando pilas cruzadas de madera. Una vez alcanzada la altura adecuada, la estructura se colocaba sobre una plataforma rodante que permitía transportar el edificio con seguridad a su nueva ubicación. Las tecnologías más antiguas utilizaban gatos de husillo accionados manualmente, pero en la década de 1980 la hidráulica ya permitía realizar operaciones con mucha mayor precisión y control.

Cuando la ideología cambió las ciudades
La historia del bloque de desplazados de Alba Iulia no estaría completa sin un contexto político. Toda la operación tuvo lugar durante un periodo de intensa transformación urbana en Rumanía, llevada a cabo a instancias de Nicolae Ceaușescu. El dictador comunista, inspirado por una visita a Corea del Norte en 1971 y por la ideología Juche (juchi), introdujo en el país un amplio programa de «sistematización», es decir, de reconstrucción radical de los espacios urbanos y rurales bajo la bandera de la construcción de una sociedad moderna y socialista. De este modo, se destruyeron muchas zonas valiosas de ciudades, pueblos y aldeas. Ceaușescu era conocido por su habilidad para señalar espontáneamente un edificio durante sus paseos por las ciudades y declararlo «incompatible» con el nuevo orden. Esto era especialmente cierto en el caso de iglesias y edificios históricos. Algunos cayeron bajo la piqueta, otros, como el bloque de Alba Iulia, tuvieron más suerte y… siguieron adelante.
Fuente: rarehistoricalphotos.com, visitalbaiulia.com
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Un bloque en Alba Iulia – un esbozo del pasado y de la actualidad. Foto: Google Earth