La diseñadora Anna Lazar crea interiores sutiles y artísticos en los que el espíritu del pasado se funde con la modernidad. Su propio estudio, que es la cuna de todos sus diseños, se encuentra en uno de los edificios más antiguos de Minsk, construido en la década de 1890 y situado en el tranquilo centro histórico de la ciudad.
El edificio, de ladrillos rojos, intriga por su historia y sus numerosas leyendas. Algunos dicen que en su día albergó el hotel del conde Czapski, mientras que otros creen que era el piso de los empleados de la fábrica de cerveza local. Aunque su historia no se conoce del todo, sus cualidades arquitectónicas permanecen. Llaman la atención las ventanas decorativas originales, especialmente una de ellas, de estilo Art Nouveau, que impresiona por la complejidad de sus formas y la belleza de sus líneas.
El estudio de Anna Lazar está situado en un piso de una habitación en la primera planta de este edificio histórico. Desde el umbral, el interior transmite la atmósfera de épocas pasadas: el sutil encanto de los detalles originales se combina aquí con un enfoque innovador de la distribución del espacio. Para preservar la autenticidad del ambiente histórico, se llevaron a cabo una serie de renovaciones precisas que, al mismo tiempo, permitieron introducir elementos de diseño contemporáneo.
Durante las obras de renovación, se observó que el suelo original se había conservado en buen estado. Su dibujo natural combina a la perfección con las baldosas de cerámica de 2 cm de grosor hechas a mano por artesanos italianos en la fábrica EcoCeramic. Esta yuxtaposición de artesanía tradicional y precisión moderna es testimonio del cuidado que se ha puesto en la restauración de cada detalle.
La retirada de los falsos techos abrió un espacio de unos impresionantes cuatro metros de altura, dejando al descubierto una antigua chimenea que se convirtió en el punto de partida para devolver a la vida la antigua tradición de las chimeneas. La chimenea restaurada se convirtió no sólo en un elemento funcional del interior, sino también en su principal acento cromático. Azulejos esmeralda de mármol italiano decoran la pieza, armonizando a la perfección con el suave rosa empolvado de las paredes, a las que el dibujo de clavos aplicado a mano sobre el yeso en bruto confiere además un toque único.
También contribuyen a la singularidad del interior las vistas del histórico barrio de Osmolovka y la luz natural que inunda incesantemente el espacio, entrando a raudales por las ventanas restauradas. Estos elementos añaden un toque mágico al piso, convirtiendo el espacio artístico no sólo en un lugar de trabajo, sino en una verdadera inspiración para seguir creando.
El estudio de Anna Lazar es una combinación única de historia y modernidad. Cada detalle se ha revitalizado cuidadosamente para preservar la autenticidad de épocas pasadas y, al mismo tiempo, abrir la puerta a soluciones contemporáneas. Esta armoniosa fusión de tradición y diseño moderno crea un lugar que destila tranquilidad, creatividad y un encanto único.
_
Annie Lazar es una diseñadora de interiores apasionada por combinar el espíritu del pasado con la elegancia moderna. Su enfoque único se manifiesta en la creación de espacios sutiles y artísticos donde los acentos históricos se encuentran con soluciones atrevidas y contemporáneas. El estudio de Anna, situado en uno de los edificios más antiguos de Minsk, es la cuna de proyectos que deleitan con su atención al detalle y una sofisticada armonización de tradición y modernidad. Gracias a esta filosofía, los interiores creados por Anna Lazar no sólo reflejan la historia del lugar, sino que también aportan frescura e inspiración a la vida cotidiana.
fuente: Anna Lazar
Lea también: arquitecto | interiores | casa adosada | eclecticismo | whiteMAD en Instagram