Varsovia, repleta de edificios históricos y preciosos monumentos, también esconde en sus rincones perlas arquitectónicas olvidadas. Una de ellas es el Palacio Śleszyński. Se trata de una pequeña pero elegante residencia situada en el número 25 de la avenida Ujazdowskie. Aunque el edificio del siglo XIX fue inscrito en el registro de monumentos históricos y está bajo protección legal, hoy permanece vacío, deteriorándose a la sombra de una de las calles más bellas de Varsovia.
La creación del Palacio Śleszyński: el sueño de un capitán de zapadores
El palacio fue construido en 1826 por encargo de Stanisław Śleszyński, capitán de un batallón de zapadores, y su esposa Gertruda Emilia, de soltera Jakubowska. Fue diseñado por el famoso arquitecto italiano Antonio Corazzi, que también diseñó muchos otros edificios representativos de Varsovia. El Palacio Śleszyński es una pequeña residencia clasicista construida sobre una planta rectangular, cubierta con un tejado a cuatro aguas. La fachada de dos plantas con un pórtico monumental y rematada con un frontón añadía elegancia al edificio, convirtiéndolo en uno de los hitos arquitectónicos más encantadores del paisaje de la avenida Ujazdowskie. Junto a la residencia principal se construyó también una dependencia, que fue demolida en parte antes de 1939 y el resto del edificio quedó destruido durante la Segunda Guerra Mundial.
El Palacio Śleszyński en la década de 1920 Fuente: Towarzystwo Opieki Nad Zabytkami Przeszłość
El destino del palacio Śleszyński de Varsovia
La familia Śleszyński fue propietaria del palacio hasta 1852. Curiosamente, el propio Stanisław Śleszyński fue también el iniciador de la creación del cercano Valle Suizo, conocido por sus pintorescas zonas de paseo. A mediados del siglo XIX, el palacio desempeñó diversas funciones: en 1840 albergó el consulado británico. Las décadas siguientes trajeron cambios de propietarios: el edificio perteneció a las familias Lesser, Potocki y Kirchmajer, entre otras. A pesar de las numerosas transformaciones, el edificio no ha perdido su carácter representativo.
Avenida Ujazdowskie 24 – destrucción y reconstrucción de la residencia
Durante la Segunda Guerra Mundial, el palacio fue incendiado, al igual que muchos otros edificios de la zona. Entre 1947 y 1948, el edificio fue reconstruido según el diseño de Helena y Szymon Syrkus. Gracias a su trabajo, el palacio recuperó su forma anterior, aunque ya no desempeñaba el mismo papel que antes de la guerra. En 1965, el edificio fue inscrito en el registro de monumentos históricos para garantizar su protección, pero el destino posterior del inmueble siguió siendo turbulento.
La fachada del edificio en 1919 y en la actualidad. Fuente: Towarzystwo Opieki Nad Zabytkami Pastłości i WhiteMAD/Mateusz Markowski
Embajada de Yugoslavia, Serbia, reprivatización y olvido
Tras su reconstrucción, el palacio se combinó con una propiedad vecina en el número 23 de la avenida Ujazdowskie (la llamada Villa Gawronski) para formar un complejo para la embajada yugoslava. Tras el colapso de ese país, el edificio albergó la embajada serbia, que finalmente lo abandonó en 2010, trasladándose a la calle Rolna. Entretanto, la familia Gawronski inició gestiones para recuperar la propiedad. En 2000, el starost del distrito de Varsovia estableció el derecho de usufructo perpetuo del terreno a favor de su representante, Luciana Gawronska. Sin embargo, esta decisión conllevaba la obligación de reembolsar los gastos de reconstrucción del palacio tras su destrucción en tiempos de guerra. Hoy, a pesar del acuerdo legal, el edificio permanece abandonado y se deteriora. De vez en cuando se celebran en él exposiciones y otros actos culturales, pero un edificio con semejante historia y en semejante ubicación merece una renovación integral y una gestión adecuada.
Fuente: warszawa1939.pl, polskiezabytki.pl
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El palacio y sus dependencias en 1938 y 2024. Fuente: Archivo Nacional de Varsovia y Google Maps
El edificio a finales de la década de 1970 y en la actualidad. Fuente: Encounters with Monuments y WhiteMAD/Mateusz Markowski