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En el espíritu de Picasso y Chapo. Un piso parisino diseñado por Natalia Wronska

Natalia Wronska es una diseñadora de interiores de ascendencia polaca que, tras años de trabajo en renombradas oficinas de diseño de Londres, París y Seattle, dirige ahora su propio estudio, Wronska-Boutet. Su trabajo se centra en la creación de espacios que combinan la atemporalidad con una sensibilidad moderna. Su último proyecto de piso parisino, situado cerca del Jardín de Luxemburgo, es una expresión de esta filosofía.

Inspiraciones: Picasso y Chapo

El diseño del piso se inspiró en la obra de dos artistas vinculados a esta zona de París: Pablo Picasso y Pierre Chapo. Vronskaya yuxtapuso la expresividad y el colorido característicos de Picasso con la economía de formas y el respeto por los materiales, fundamentales en la obra de Chapo. Cerámicas de Vallauris, de Capron, Maunier, Massier o Robert Picault, entre otros, aportan colores intensos y formas abstractas al interior. En contraste, aparecen muebles de madera inspirados en la estética de Chapo. Esta oposición está unida por una narrativa basada en el diálogo entre expresión artística y funcionalidad.

Materiales preciosos y soluciones originales

El punto focal del piso es la cocina en nogal chapado y con encimeras de mármol Alpi Verde. La grifería de latón con superficie patinada de Studio Ore y los accesorios eléctricos de la marca polaca Corston aportan elegancia y profundidad al interior. La mesa se inspira en la obra de Chapo y se yuxtapone con sillas vintage de Juliusz Kędziorek, que combinan sencillez con sutil delicadeza. La mayor parte del mobiliario se ha creado en colaboración con artesanos de Polonia y el Reino Unido. El mobiliario es en gran parte el resultado de una larga búsqueda en mercadillos. El salón cuenta con una lámpara de pared de Annie Maume, una librería italiana inspirada en el estilo de Franco Albini, sillones diseñados por Gérard Guermonprez, un armario de Gerhard Bartels y cerámicas antiguas de Accolay Pottery, Arola Keramik y Pieter Groenveld. Vronskaya eligió deliberadamente objetos que no son perfectos en el sentido clásico, sino que contienen capas de significado y textura.

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Referencias polacas e identidad artística

En la realización también hay referencias a la herencia polaca. En el pasillo se exponen cuadros de Lutka Pink, una artista cuya obra se transformó tras su encuentro con Picasso en los años 50. La expresión de sus obras abstractas posteriores se convirtió en fuente de inspiración para la diseñadora. Junto a las obras de arte había muebles de madera y azulejos geométricos. El cuarto de baño y el aseo se decoraron con mármol Calacatta Breccia y detalles de latón, creando formas sutiles y escultóricas. En el dormitorio principal predomina la madera en tonos terrosos, y el interior se realza con un armario hecho a mano y muebles minimalistas. Las lámparas asimétricas de Claude Courjault, los cuadros colgados sobre la cama y la cerámica fat lave completan el conjunto, dándole un aire íntimo y expresivo a la vez. El dormitorio más pequeño continúa esta estética, introduciendo color a través del cabecero tapizado y utilizando muebles como la reedición de la mesilla de noche de Anna Castelli Ferrieri de 1968.

El diseño parisino como relato vivo

El piso de Natalia Wronska no es sólo una colección de elementos cuidadosamente seleccionados, sino una historia coherente sobre la búsqueda de un equilibrio entre arte y funcionalidad, historia y modernidad. El interior adquiere una dimensión narrativa y se convierte en un escenario para la vida, que le confiere nuevos significados con el paso del tiempo.

Diseño: Wronska-Boutet Studio
Fotografía: Clement Vayssieres

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