En una casa de antes de la guerra. Así vive la psicóloga Kate Makiela

Vivir en un edificio de antes de la guerra es el sueño de muchos. Kate Makiela ha elegido vivir en una casa así. Aquí se ha creado un espacio moderno, que remite a la historia con respeto. El interior fue diseñado por la propietaria en colaboración con la arquitecta Anna Serafin. El padre de la inversora también colaboró en el proyecto.

El interior de la casa tenía 55 m2, un antiguo sótano de ladrillo y un pequeño ático. Antes de mudarse, había que hacer una reforma general. El mayor reto fue cooperar con el responsable de conservación y planificar el interior de forma que fuera moderno y, al mismo tiempo, preservara el ambiente de un edificio de más de 100 años. La casa está situada en una finca histórica cuya construcción se inició en 1906.

La idea de derribar algunos muros y ampliar el espacio ya estaba presente en el primer concepto del proyecto. Gracias a los cambios, el espacio pudo ampliarse hasta los 90 metros cuadrados. Se conservó la antigua bodega, decorada con ladrillo. Tras los cambios, la habitación se convirtió en una extensión funcional del piso. El nivel inferior es ahora más espacioso y constituye la zona de estar: el salón se ha combinado con la cocina. Desde esta parte se puede acceder cómodamente a la terraza y al jardín. El nivel superior se ha ampliado completamente. Allí se ha creado un gran dormitorio con terraza y vestidor.

El interior es tranquilo y armonioso. El efecto se consiguió utilizando materiales naturales: madera y piedra. Los muebles que decoran el interior son obra de carpinteros de Kashubia. También son responsables de la cocina, las escaleras y las puertas. El papel de los accesorios es importante en este espacio. Los recuerdos personales y los elementos decorativos son artículos que la inversora compró durante sus viajes o encontró en ventas o bazares. Un ejemplo es la alfombra de pared minimalista de la pequeña empresa Cha Choua, que la inversora se trajo de Viena.

Una curiosidad son los dos viejos árboles del jardín (ciruelo y nogal), que se han complementado con nuevas plantaciones de árboles y otras plantas. El jardín es así una prolongación de la casa.

La casa se ha convertido en un lugar que satisface plenamente las necesidades del propietario y le da una sensación de respiro en los momentos libres de viajes y trabajo.

fotos: Mood Authors

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