Para algunos, el Ayuntamiento de Boston es un icono del Brutalismo; para otros, un monstruo de hormigón que ha destruido el entorno construido de una de las ciudades más antiguas de Estados Unidos. Por su pesada y compleja forma, el edificio domina el horizonte de City Hall Square. El nuevo ayuntamiento es el resultado de un plan de regeneración urbana muy utilizado en la década de 1960 en EE.UU., que consistía en demoler el viejo tejido urbano y sustituirlo por espacios abiertos junto con edificios modernistas. El antiguo edificio del ayuntamiento sigue existiendo, y se ha construido uno nuevo en otro emplazamiento. Algunos críticos han calificado el Ayuntamiento de Boston como el edificio más feo del mundo. ¿Merece realmente el Ayuntamiento de Boston tal título? Publicamos una encuesta debajo del artículo.
Nueva América
Los programas locales de renovación urbana se extendieron por Estados Unidos en los años 60. Los modernistas empezaron a demoler barrios residenciales enteros e incluso centros históricos de las ciudades. En el espacio vacío se construyeron plazas abiertas al servicio de la administración y los residentes. Sin embargo, era mucho más común que las autopistas que dividían la ciudad se construyeran sobre los escombros de los conventillos. Obviamente, tal actuación venía dictada por la moda del automóvil en las ciudades, que se tradujo en la dispersión del tejido urbano.
Si bien la pérdida de los bellos edificios históricos de las ciudades del centro del país no fue una pérdida tan grande, la demolición de los cascos antiguos de las ciudades de Nueva Inglaterra es muy aguda para la identidad de EE UU. Boston era una de las ciudades más antiguas de la colonia británica, y en los nacientes Estados Unidos la ciudad desempeñó un papel como centro de oposición al rey. Para un país tan joven, incluso un simple ladrillo gótico será un artefacto histórico significativo.
El magnífico nuevo Ayuntamiento
Desde la primera mitad del siglo XIX Scollay Square era un bullicioso lugar de encuentro para los residentes locales. Con el tiempo, la plaza fue subdividida por una línea de tranvía y a su alrededor crecieron casas adosadas de varias plantas. Sin embargo, en el siglo XX, Scollay Square se asoció principalmente con la delincuencia y el barrio rojo. En la década de 1950, los urbanistas tuvieron la idea de demoler toda la zona residencial y sustituirla por un nuevo centro administrativo para Boston. Por cierto, el antiguo Ayuntamiento, construido en la segunda mitad del siglo XIX, era ya demasiado pequeño y anticuado.
La idea también estaba motivada por el deseo de desplazar a los residentes más pobres del centro de la ciudad. Se desplazó a más de 20.000 personas y se demolieron casi mil edificios antiguos. La ciudad concedió a los arquitectos Gerhard Kallmann y Michael McKinnel una enorme cantidad de espacio. En el solar demolido se diseñó una enorme plaza de ladrillo de 18.500 metros cuadrados. La Plaza del Ayuntamiento de Boston iba a ser el nuevo centro de la vida social de la ciudad. El problema es que la losa de ladrillo se calienta en verano y el viento del invierno puede hacer que sea desagradable estar en la plaza.
A su alrededor se levantaron grandes y pesados edificios administrativos de estilo brutalista. Sin embargo, la estrella principal del diseño de Kallmann y McKinnel es el ayuntamiento de hormigón. Situado en el lado este de la plaza, el edificio domina el espacio con su pesada forma brutalista. Los arquitectos querían crear un edificio único que recordara la obra de Le Corbusier. Curiosamente, en los años 70 se construyó un edificio similar en la ciudad inglesa de Birmingham. Según algunos, el Ayuntamiento de Boston iba a servir de inspiración para una biblioteca brutalista en Inglaterra. Puede leer más sobre este edificio igualmente odiado y demolido AQUÍ.
Pirámide del poder
Construido en 1968, el edificio pretendía invitar a los ciudadanos a sus niveles inferiores. Por este motivo, el muro de la fachada está sostenido por pilares de hormigón que abren el edificio al resto de la plaza. Colgando sobre el suelo, los elementos de la fachada son asimétricos, pero subiendo, las plantas individuales empiezan a formar una pirámide invertida. Las formas suspendidas y variadas del hormigón responden al espíritu de Lecorbusier. Otro elemento interesante es el ladrillo rojo que trepa por los muros inferiores del edificio, en alusión a los edificios históricos de Nueva Inglaterra.
También hay una alegoría a la estructura de poder tras esta disposición de la fachada. Las variadas secciones inferiores representan la sociedad, mientras que la ordenada parte superior simboliza un poder sólido y fiable. Curiosamente, la variedad de la fachada también se aplica a los elementos que sobresalen del bloque y a los que se ocultan en el interior. Los miradores, visibles desde el exterior, exponen los lugares de trabajo del ayuntamiento y el alcalde. Se trata de una forma de arquitectura que acerca las autoridades al pueblo.
Al brutalismo le gustaba imitar las formas clásicas y jugar con ellas de formas inesperadas. El ayuntamiento de Boston utiliza casetones de hormigón, miradores, voladizos y un patio central. Una referencia interesante a la arquitectura clásica es el arquitrabe con ornamentación geométrica sencilla. Estos elementos continúan en el interior del edificio.
Laberinto de hormigón
El interior está dominado por el hormigón. Los altos techos están divididos por casetones y el suelo, que se eleva gradualmente, está revestido de ladrillo. La gran sala recibe a los ciudadanos con su potencia, pero también con formas interesantes. Los bloques de hormigón adoptan formas menos clásicas y ascienden escalonadamente. Desde el nivel del vestíbulo se accede a la biblioteca, las oficinas, la sala del consejo municipal y el despacho del alcalde. Desplazarse por el edificio no es lo más fácil, ya que no todos los ascensores llegan a cada una de las nueve plantas.
El despacho del alcalde es una sala espaciosa con un ventanal. Desde la ventana, el alcalde puede admirar los edificios históricos de la ciudad que han sobrevivido a la época de las grandes demoliciones. Algunos funcionarios también miran hacia los edificios del viejo Boston. Se pretendía que los edificios históricos visibles desde el nuevo edificio conectaran el Ayuntamiento con la historia. Por otra parte, es difícil hablar de conexión con el pasado cuando los urbanistas derriban la historia de la ciudad para levantar un edificio insólito.
¿El más feo del mundo?
Muchos críticos de arquitectura apreciaron el carácter moderno del edificio y la filosofía que lo inspira. Sin embargo, el Ayuntamiento de Boston parece tener más detractores que partidarios. Periódicos populares como The Telegraph han aclamado el edificio como el más feo del mundo. Incluso algunos funcionarios han expresado su oposición a la construcción de semejante edificio. La mala reputación del ayuntamiento persiste entre los residentes hasta el día de hoy. A pesar de las críticas negativas, el edificio fue incluido en el Registro de Lugares Históricos de la ciudad en enero de 2025, lo que significa que el edificio permanecerá en Boston durante mucho tiempo.
Con un peso de 100.000 toneladas, el edificio no estuvo a la altura de las exigencias de los residentes ni cumplió las intenciones de los arquitectos. Aunque el edificio es funcional, no refleja el espíritu del Boston histórico. Su complicada masa es también fuente de numerosos problemas técnicos que se traducen en el coste de las reformas. A su vez, la plaza, fría y poco acogedora, no ha sido bien recibida por los residentes, por lo que el conjunto da una imagen bastante pobre de la arquitectura administrativa. Sin embargo, para los aficionados al Brutalismo, será un icono intemporal de este estilo modernista.
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