En la zona del Viejo Mokotow, en un edificio de la época del modernismo de posguerra, se ha creado un piso que no sólo impresiona por su carácter, sino que también es un ejemplo de interpretación contemporánea de ideas urbanísticas clásicas. El diseño de Marta Korzec combina el estilo nítido y original de Memphis con la atención a cada detalle fruto de la historia del lugar. El piso tiene 48 m2 y está situado en un bloque construido en el polígono Dąbrowskiego. Su nueva disposición muestra el potencial de este tipo de pisos.
El edificio en el que se encuentra el piso fue construido a principios de la posguerra, ya en 1948. Su estructura se basa en las técnicas tradicionales de construcción de antes de la guerra: gruesos muros de carga de hasta 50 centímetros, ventilación por gravedad y ladrillos macizos reciclados de las ruinas del gueto de Varsovia. ¿El resultado? Un lugar donde la historia se funde con el diseño moderno, y cada surco y cada agujero realizados dan fe de la extraordinaria resistencia del material y del espíritu de la época. La urbanización, de la que forma parte el edificio, se diseñó pensando en un espacio funcional y acogedor: bloques bajos y espaciados rodeados de amplias zonas verdes crean un oasis casi verde en el corazón de la ciudad. En el barrio hay zonas verdes, como Pole Mokotowskie, o lugares llenos de ambiente, con la librería y cafetería Big Book Caf a la cabeza.
Inspiraciones coloristas
El interior del piso se diseñó siguiendo las características del estilo Memphis: colores fuertes y jugosos, formas expresivas y geométricas se entremezclan aquí con una funcionalidad minimalista. El diseño se inspira sobre todo en la luz y la armonía con el entorno verde, en perfecta sintonía con las cualidades de ubicación del piso. Los grandes ventanales dan a la vegetación, y los altos abetos que cubren las ventanas del salón y la cocina confieren a las estancias una sensación de intimidad.
El proyecto se concibió para una joven pareja -un arquitecto y un programador- que había vivido en el espacio durante dos años antes de la renovación, lo que les permitió experimentar de primera mano las ventajas y limitaciones de la disposición existente. La distribución del piso evolucionó gradualmente: los planes originales de derribar por completo el muro entre el salón y la cocina dieron paso a sutiles desplazamientos de los tabiques, que crearon una serie de zonas parcialmente separadas que se interpenetran simultáneamente. Esta solución amplía ópticamente el espacio y le confiere un carácter único y moderno.
Soluciones funcionales y de disposición
La estudiada distribución interior aprovecha al máximo la luz natural. El dormitorio, situado en el lado este, garantiza el sol de la mañana, mientras que el amplio salón con la cocina -en el lado oeste- disfruta de una luz perfecta incluso en los momentos más oscuros del día. El diseñador se ha preocupado de crear interesantes aberturas, gracias a las cuales las vistas desde el comedor, el salón o el cuarto de baño crean atractivas perspectivas, acentuando la coherencia de toda la disposición.
Una de las soluciones más interesantes resultó ser el nuevo cuarto de baño. Inicialmente, la entrada a este espacio no estaba bien situada, lo que hacía que la luz occidental entrara en un ángulo incorrecto. Marta Korzec decidió desplazar la puerta y utilizar acristalamiento de trinchera, lo que no sólo mejoró la iluminación interior, sino que también aportó elegancia. Además, las paredes de 50 cm de grosor permitieron introducir formas redondeadas estéticamente agradables, y la esquina saliente del cuarto de baño se curvó sutilmente, un efecto que dio al espacio un carácter único.
Color y luz
Un elemento clave del diseño es el juego de luces y colores. Los tonos dominantes de amarillo vivo y burdeos intenso contrastan a la perfección con la paleta apagada de negro, blanco y madera natural. Un vivo acento amarillo aporta energía al piso, incluso en los típicos días grises polacos, mientras que la intensa iluminación obtenida ampliando la abertura entre el comedor y el salón añade ligereza al interior. El verdor de las plantas -recolectadas cuidadosamente a lo largo de los años y colocadas en los espacios, incluida la pared de cristal equipada con estanterías que conecta el comedor con el salón- es una característica adicional de la disposición. El diseño se inspiró tanto en referencias al estilo de Memphis como en la profunda necesidad de armonía con la naturaleza circundante.
Un toque poco obvio pero muy interesante del diseño son los elementos que han sufrido una metamorfosis y han vuelto a invadir el interior. Las butacas de cine del antiguo cine de Kielce o «sillas saltarinas» confieren al comedor un carácter único, recordando viejas pero bonitas historias. El conjunto se complementa también con elementos originales del pasado: un armario acristalado de la región de Opole, un viejo espejo con marco de acero encontrado en un vertedero, o radiadores clásicos de hierro fundido, que en la nueva disposición armonizan monotemáticamente con soluciones modernas. Tales contrastes entre lo antiguo y lo nuevo crean una interesante narrativa que atrae a los amantes de la historia y el diseño.
Para Marta Korzec, el proyecto del piso no era sólo una tarea profesional, sino también un experimento personal. Como arquitecta, tuvo que encontrar un equilibrio entre todas las ideas, materiales y soluciones que fueron surgiendo con el tiempo. La falta de presión por los plazos permitió que el proyecto evolucionara como un organismo vivo, lo que supuso un gran reto por un lado y una fuente de satisfacción por el resultado por otro. Uno de los problemas clave que se resolvió con ingenio fue la colocación correcta del espejo en el cuarto de baño. Gracias al uso de un innovador sistema de guías para muebles, el espejo puede ocultarse en la pared frontal y extraerse cuando sea necesario, una solución que combina funcionalidad y elegancia.
El piso de Mokotow es un ejemplo de cómo el diseño contemporáneo puede penetrar en las historias de edificios del pasado, dándoles una dimensión nueva y fresca.
diseño: Marta Korzec
fotografía: Hanna Połczyńska – Crónicas (https://www.kroniki.studio)
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