Está en una casa adosada de los años 30. Apartamento con arte en Stary Mokotow

Es una zona de Varsovia atractiva para vivir. En Stary Mokotow, cerca del cine Iluzjon, hay una casa de vecinos de los años 30 en la que se ha amueblado un piso de forma original. De un lugar oscuro e inadecuado, los arquitectos del estudio FUGA Architektura Wnętrz, junto con el inversor, transformaron el interior en una galería privada donde la vida cotidiana y el arte conviven en equilibrio.

La casa de vecindad de los años 30 se convirtió en el punto de referencia del proyecto. «La historia del edificio, el ambiente interior y los omnipresentes detalles arquitectónicos se convirtieron en una inspiración obvia para nosotros» – admite Antonina Sadurska, del estudio FUGA Architecture Interiors. El deseo de dialogar con el espíritu del lugar se tradujo en una audaz reordenación de la distribución funcional, un puente reflexivo entre el pasado y la modernidad. Como explica el arquitecto: «Queríamos que el piso mantuviera un diálogo constante con el espíritu del lugar, respondiendo al mismo tiempo a las necesidades contemporáneas de la inversora, una madre y abuela activa, sociable, satisfecha y al mismo tiempo entregada». El resultado es un espacio abierto y amplio que favorece la libertad de movimientos y las reuniones.

El vestíbulo introduce con estilo: un largo pasillo con armarios minimalistas oculta los armarios y crea suspense antes de seguir explorando. La base neutra -paredes claras, suelo de madera, acabados naturales- se convierte en el escenario en el que empiezan a brillar los objetos de colección. Es aquí donde la neutralidad adquiere una función curatorial: permite que los objetos y las obras de arte hablen con voz propia.

La zona común como escenario

La zona común central conecta la cocina, el comedor y el salón, creando un espacio diseñado tanto para vivir como para exponer. La cocina impresiona por su ligereza: frentes blancos suspendidos con tiradores estriados, encimera de piedra y sutiles herrajes. La presencia de un cuadro abstracto de Agnieszka Kicińska marca inmediatamente el carácter artístico de la casa. El comedor es un encuentro de contrastes: una mesa USM Haller negra yuxtapuesta a sillas verde lima de Christophe Marchand aporta frescura y dinamismo a la tenue paleta.

El salón es un espacio donde el glamour modernista se encuentra con la calidez de la naturaleza. Un sofá acolchado de la marca polaca Veer en tono gris tórtola, el icónico sillón Maggiolina y una mesa de cristal crean un cómodo lugar para relajarse. En las paredes y las repisas de las ventanas, cuadros, grabados, linograbados, fotografías y esculturas, incluidas obras de Jaime Hayon, dan al interior la sensación de una galería privada.

Dormitorio y librería con historia

El dormitorio es un lugar íntimo de tranquilidad, cuyo eje se ha convertido en la librería de diseño De Padova, un mueble con historia, recuperado de un arquitecto amigo. La librería se convirtió en el punto de partida de la disposición: en sus estantes, libros de arte y arquitectura se intercalan con pequeñas esculturas y cuadros, creando un espacio para la lectura, el trabajo creativo y la contemplación. La disposición se prolonga hacia el vestidor y el vestíbulo, encerrando el interior en un círculo fluido que fomenta la armonía.

Un cuarto de baño con una referencia al pasado

El cuarto de baño es un juego deliberado con las formas y formatos de décadas pasadas: los azulejos de ladrillo colocados verticalmente con lechada en contraste evocan el espíritu de los años 70, pero de forma elegante y contemporánea. Los armarios de madera y los detalles estriados aluden a soluciones de la cocina, mientras que el terrazo del suelo es un guiño a las tradiciones modernistas de las casas adosadas de Varsovia.

Galería de estar privada

El proyecto es un ejemplo de hábil equilibrio de capas: referencias históricas, diseño contemporáneo y una colección personal. Los arquitectos resolvieron el problema funcional original: «La distribución anterior no se adaptaba al estilo de vida activo del cliente y, además, ocultaba el potencial de diseño del interior. Por ello, decidimos por unanimidad abrir el espacio, creando una original disposición en anfiteatro en la que se puede circular libremente entre las habitaciones», explica Katarzyna Burak, coautora del proyecto. Abrir el espacio y crear zonas coherentes fue clave en este proyecto. Cada detalle, desde los frentes estriados hasta los acentos metálicos, actúa como vínculo entre forma y función.

diseño: FUGA Architektura Wnętrz

equipo de diseño: Katarzyna Burak, Antonina Sadurska, Paulina Ostasz-Pięcek

estilismo de la sesión fotográfica: Katarzyna Burak y Antonina Sadurska de FUGA Architektura Wnętrz

fotografía: Patryk Polewany, https://polewany.com

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