En uno de los tranquilos pueblos de Hungría, a 45 minutos de Budapest, hay un monumento conmemorativo que, a pesar de su ubicación tan íntima, es mundialmente famoso. Fue erigido en honor de las víctimas y desaparecidos durante la Primera y la Segunda Guerras Mundiales. El monumento de Vácrátót capta tan perfectamente la pérdida y el vacío tras la pérdida de seres queridos -principalmente soldados- que es imposible pasar ante él con indiferencia.
Este monumento no tiene nombre formal. Fue inaugurado ceremonialmente en octubre de 2014 cerca del jardín botánico local. Fue realizado por el escultor húngaro Böjte Horváth István y representa a una familia húngara de cuatro miembros en traje tradicional, y donde debería estar el padre, vemos un recorte de su silueta.
En el relieve, la esposa extiende la mano y abraza el brazo de su marido, mientras que el hijo menor se apoya en la rodilla invisible de su padre. Del mismo modo, la hija apoya su cuerpo en el espacio vacío donde debería estar su padre. Detrás de las figuras hay un árbol de la vida, símbolo de los que sobreviven y siguen construyendo la sociedad. Para su obra, el artista se inspiró en una de las fotografías de una familia que perdió a su marido y a su padre en la guerra. Debajo del monumento hay una lista de nombres de hombres de Vácrátót que murieron sirviendo a su país.
Hungría perdió a 661.000 de sus ciudadanos durante la Primera Guerra Mundial, y hasta 300.000 soldados y 600.000 civiles, entre ellos 400.000 judíos, murieron o desaparecieron en el segundo conflicto mundial. Estas enormes pérdidas supusieron una tragedia personal no sólo para muchas familias, sino que también dejaron un agujero literal en la sociedad húngara. Muchos maridos y padres tuvieron que abandonar a sus familias e ir al campo de batalla, de donde a menudo nunca regresaron.
Miles de niños se vieron obligados a crecer sin padre o con alguien tan devastado por lo que vio e hizo que se convirtió en una sombra de sí mismo. También las esposas, ante esta tragedia, tuvieron que criar solas a sus vástagos, y muchas más mujeres se enfrentaron a la tarea de reconstruir la sociedad una vez terminadas las guerras. La silueta recortada de la fotografía concreta es, por tanto, una forma excelente y acertada de mostrar las pérdidas causadas por los conflictos armados. Es un recordatorio de los sacrificios realizados por estos soldados y del hecho de que sus seres queridos nunca olvidarán su presencia.
Foto: kozterkep.hu
Fuente: mymodernmet.com, medium.com
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