En el paso de Furka (Suiza), justo al lado del otrora poderoso glaciar del Ródano, se alza el Hotel Belvédère. Situado en una llamativa curva de la carretera de montaña, este emblemático edificio lleva más de un siglo atrayendo la atención de turistas y fotógrafos de todo el mundo. Aunque el edificio permanece cerrado desde 2015, sigue siendo reconocido como uno de los hoteles más reconocibles del mundo.
Hotel Belvédère – orígenesy expansión
La historia del hotel se remonta a 1882, cuando Josef Seiler levantó una pequeña posada en el lugar. En los años siguientes, el edificio se amplió, adquiriendo un tejado a dos aguas y plantas adicionales que le dieron la forma distintiva que conocemos hoy. A principios del siglo XX, el hotel entró en su apogeo. El estilo belle époque le dio un aire lujoso, y el número de camas se elevó a 90.
La edad de oro del turismo alpino
La popularidad del hotel creció con el desarrollo de la infraestructura turística de la región. En los años 20 se introdujo un servicio de autobuses, y en 1930 se inauguraron las líneas de ferrocarril Furka Oberalp y Glacier Express. El hotel Belvédère se convirtió entonces en un punto importante en el mapa de las excursiones alpinas y una base excelente para los excursionistas de montaña. Al mismo tiempo, el cantón del Valais experimentaba un boom hotelero. El número de hoteles de la región pasó de 79 en 1880 a más de 300 justo antes de la Primera Guerra Mundial. Belvédère, situado muy cerca del glaciar del Ródano, se adaptaba perfectamente a la moda de los viajes de montaña.
Huéspedes famosos y James Bond
Tras la Segunda Guerra Mundial, el hotel siguió atrayendo turistas, esta vez gracias a la creciente popularidad de los automóviles. La magnífica vista del glaciar y la ubicación en las pintorescas carreteras serpenteantes hicieron que huéspedes famosos, como el Papa Juan XXIII y Sean Connery, también se alojaran aquí. Fue la película de aventuras de James Bond «Goldfinger», de 1964, la que hizo mundialmente famoso al hotel. En una escena, el agente 007 conduce un Aston Martin por la carretera de Furka, pasando por delante del Belvédère.
El Hotel Belvédère en 1947 y 2019. Foto: Google Maps y helveticarchives.ch
Hotel Belvédère y pérdida de importancia
Con el paso de los años, sin embargo, el hotel perdió su importancia. Los coches cada vez más rápidos permitían recorrer las rutas alpinas en un día, sin necesidad de pernoctar, y el glaciar del Ródano, en retroceso, ya no era visible desde las ventanas del edificio. La disminución del interés hizo que las instalaciones cerraran por primera vez en 1980. Después, en los años 90, la familia Carlen lo restauró para devolverle su antiguo esplendor, pero los costes de mantenimiento resultaron demasiado elevados. Finalmente, el hotel cerró en 2015 y ha permanecido vacío desde entonces.
Patrimonio y símbolo
Hoy en día, el Hotel Belvédère desempeña un papel diferente al de su época de esplendor. Se ha convertido en un icono del paisaje alpino, un motivo visible en postales y fotos que circulan por las redes sociales. Aunque sus interiores no reciben huéspedes desde hace años, el edificio sigue siendo uno de los símbolos más reconocibles de los Alpes suizos y un recuerdo de una época en la que los viajes a través de los puertos de montaña estaban llenos de aventura y elegancia.
Fuente: swissinfo.ch, uniqhotels.com
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