En la ciudad balneario de Royan, situada en la costa atlántica francesa, se alza un edificio que ha despertado admiración y curiosidad constantes durante varias décadas. Se trata de la iglesia de Notre-Dame, una obra excepcional del arquitecto Guillaume Gillet. El templo es uno de los principales ejemplos de arquitectura eclesiástica modernista del país y es también un símbolo de la reconstrucción de la ciudad tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial. Se distingue por su forma austera, su imponente escala y su estructura de hormigón armado, por lo que a veces se confunde con una catedral.
Destrucción y nacimiento de un nuevo símbolo
El centro de Royan, junto con la iglesia neogótica de Notre-Dame del siglo XIX, fue destruido casi por completo en el bombardeo de enero de 1945. Tras estos trágicos sucesos, el alcalde de la ciudad encomendó al arquitecto Guillaume Gillet una ambiciosa tarea. Debía construir un nuevo templo, pero que, además de ser un lugar de culto, fuera también un signo de renacimiento y un elemento vertical dominante en el paisaje de la estación en reconstrucción. Las obras comenzaron en 1955, y sólo tres años después se consagró la iglesia. La forma monumental de hormigón armado formaba parte de la tendencia de posguerra a buscar un nuevo lenguaje de la arquitectura sacra, alejándose de los estilos historicistas. En 1988, el edificio fue declarado obra excepcional del modernismo.

Iglesia de Notre-Dame de Royan – arquitectura y construcción
La iglesia de Notre-Dame de Royan puede acoger hasta dos mil personas. Tiene una planta elíptica de 50 metros de largo por 30 de ancho. Su estructura está formada por 24 pilares de hormigón armado en forma de V, desarrollados según el sistema del ingeniero Bernard Lafaille, combinados con altas bandas de acristalamiento. El tejado en forma de paraboloide hiperbólico, llamado tejado a dos aguas, sólo tiene ocho centímetros de grosor y está sostenido por dos arcos macizos. Sobre el conjunto se alza el campanario, de 56 metros de altura, que se ha convertido en uno de los hitos más importantes de la región. El interior de la iglesia contrasta con la austeridad de la fachada. Sorprende por su monumentalidad, luminosidad y disposición teatral del espacio, en el que las magníficas vidrieras desempeñan un papel central.
Luz, color, órgano y arte
Las vidrieras ocupan en total unos impresionantes 500 metros cuadrados. Su creador fue Henri-Martin Granel, que utilizó aquí la innovadora técnica del vidrio blanco incrustado en juntas de cemento. Esto dio el efecto de composiciones escultóricas y tridimensionales. Las vidrieras de las naves laterales representan las estaciones del Vía Crucis de forma estilizada, mientras que el coro contiene una enorme vidriera triangular de Claude Idoux en cristal de Baccarat, que muestra la Asunción de María. En 1962 se encargó la construcción de un gran órgano, diseñado por Robert Boisseau. La construcción de tan exigente instrumento no finalizó hasta 1984. Contiene 47 voces y más de 3.600 tubos, lo que lo convierte en uno de los órganos más importantes del departamento de Charente-Maritime. El edificio ha sido declarado monumento y desempeña un papel central en la vida cultural de Royan, incluso durante el famoso festival «Un Violon sur le Sable». El mobiliario de la iglesia se complementa con obras modernas de arte sacro, como esculturas y elementos litúrgicos de artistas como Gaston Watkin y Jacques Perret.

Problemas y conservación de Notre-Dame en Royan
La iglesia se construyó en un tiempo récord de tres años, pero por desgracia – el hormigón utilizado resultó ser susceptible al aire salado del océano. Por este motivo, el edificio requiere frecuentes y costosas obras de mantenimiento. Desde la década de 1990, se han restaurado sistemáticamente el campanario, las vidrieras y partes del tejado y la fachada. Las obras más recientes se realizaron entre 2013 y 2019 y costaron más de cuatro millones de euros.
El legado de Guillaume Gillet
Guillaume Gillet consideraba la iglesia de Notre-Dame de Royan como su mayor obra. Su diseño combinaba modernidad, audacia técnica y referencias a la tradición gótica. En la arquitectura de la iglesia se aprecia tanto la fuerza de la forma como el significado simbólico de los pilares verticales y las luminosas vidrieras. Desde 1996, los restos del arquitecto descansan en el corral de la iglesia. El edificio es uno de los ejemplos más importantes del modernismo de posguerra en Francia. Con su silueta monumental, su audacia estructural y su interior único, la iglesia sigue siendo un icono de la arquitectura del siglo XX. Para la ciudad, se ha convertido en un símbolo de renacimiento y orgullo tras la dramática experiencia bélica.
Fuente: royanatlantique.fr, notre-dame-royan.com
Lea también: Brutalismo | Monumento | Historia | Arquitectura sacra | Francia

















