La colección Guatemala es un viaje al corazón de Centroamérica, donde las manos de los artesanos convierten la piedra en talismán y el hilo en historia. El jade, antaño piedra sagrada de los mayas, es ahora el corazón de la joyería minimalista. Lo acompañan coloridos brazaletes confeccionados con telas hechas a mano por mujeres k’iche’ y kimonos cosidos con materiales de la ciudad de Chichicastenango. Cada pieza de esta colección es un diálogo entre tradición y modernidad. Es una historia de continuidad y transformación: cómo los símbolos ancestrales pueden revivir en una nueva forma y cómo la artesanía se convierte en un lenguaje universal. Es un respeto por la historia y el valor de seguir escribiéndola.
UN PAÍS QUE HABLA EN COLOR
Guatemala fue otro lugar del mapamundi de los talleres al que la diseñadora Anna Orska viajó en busca de técnicas y materiales tradicionales. Encontró lo que buscaba en el taller del maestro Stanislavo, que lleva décadas extrayendo brillo y color del jade en bruto e irregular en su taller casero. Revela los tonos más bellos y forma figuras geométricas a partir de grandes trozos grises sin pulir utilizando métodos tradicionales. Stanislavo pulió él mismo las piedras, que se convirtieron en el corazón de la colección Guatemala. El trabajo de selección y elaboración de las mismas duró exactamente un año desde los primeros pasos de Orska en su taller. En manos del maestro, la piedra adquirió un nuevo contexto: pureza de formas, precisión de la geometría y un toque contemporáneo. Las jadeítas en forma de pirámides y conos deleitan con su precisión y sus espectaculares colores: del verde menta al rosa, pasando por el blanco y el negro.

YAX O PIEDRA SAGRADA MAYA
No es casualidad que la colección de Guatemala esté protagonizada por el jade. En la cultura de este país centroamericano, el jade tiene un significado especial: es un amuleto, un tótem, un signo de equilibrio: entre el cuerpo y el espíritu, entre el mundo de los humanos y lo incomprensible. Antes de convertirse en joya, el jade recorre un largo camino: del interior de la tierra llega a las manos de un tallador. El tacto de su mano saca a la luz lo que oculta la piedra: su frescor, su textura y su luz interior. Es un trabajo sin prisas, una conversación con la materia que recuerda un tiempo anterior al hombre. Desde el taller de Guatemala, las piedras viajan a Polonia, donde en el taller ORSKA se encuentran con el metal: plata y latón chapado en oro. El resultado son formas sencillas y geométricas: anillos, pendientes, collares y pulseras que combinan el diseño contemporáneo con el espíritu artesanal. Son joyas que no sólo se llevan puestas, sino que también se sienten: el frescor de la piedra, el calor de la mano, el pulso del lugar donde se crearon.
DONDE LA TRAMA SE ENTRELAZA CON LA URDIMBRE
Los coloridos tejidos de Guatemala no son moda, sino un alfabeto de la memoria: un registro de la historia familiar, el lugar y la vida cotidiana. En intrincados tejidos y colores no accidentales, las mujeres k’iche’ plasman las historias del lugar del que proceden. Los tejidos son el lenguaje que hablan al mundo. Para subrayar su papel único en la cultura guatemalteca, las joyas de jade van acompañadas de pulseras de edición limitada hechas con cinturones tejidos a mano por artesanos locales de las regiones montañosas del país. Los hilos teñidos de forma natural crearon un tejido que antaño formaba parte importante del atuendo de las mujeres mayas. Las mujeres usaban los cinturones alrededor de la cintura para sujetar el huipil -la blusa tradicional- y la falda. Cada brazalete es único, varía en detalles y colores, y procede de un trozo distinto del tejido original.
La colección de Guatemala se complementa con una línea limitada de kimonos confeccionados con materiales de la ciudad de Chichicastenango. En Polonia, cosimos kimonos a partir de ellos, decorándolos con coloridos forros utilizados con el espíritu de menos residuos. Hemos creado propuestas atrevidas en tonos contrastados de fucsia, verde y azul para los que les gusta ir a contracorriente. Es un guiño a la libertad y un colorido desafío a la monotonía.
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ORSKA crea joyas con carácter, sus diseños son expresivos y a menudo controvertidos. La crudeza de las formas, la aspereza de las texturas y la idea diferente que subyace en cada colección reflejan el temperamento de la marca. Las joyas ORSKA no son un accesorio. Es una creación en sí misma. El diseño específico de Anna Orska es para personas atrevidas que buscan una forma original de estilo. Cada pieza tiene un carácter individual. Esto se debe a la elaboración artesanal y al uso de materiales peculiares, a menudo únicos. Los componentes proceden de distintas partes del mundo y de distintas épocas, como el propio concepto de la colección. ORSKA es rebelde, diversa e impredecible. No le asusta experimentar. Está en constante búsqueda. Esto es algo que permanece constante en ella.
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