Fot. Gerd Eichmann, Wikimedia Commons

La belleza de las ruinas. La iglesia de Santo Domingo de Lisboa es un monumento único

La Iglesia de Santo Domingo de Lisboa es uno de los monumentos religiosos más importantes de la capital portuguesa. En sus casi 900 años de historia, ha sufrido numerosas reconstrucciones y renovaciones como consecuencia de los daños causados principalmente por los terremotos. El último cataclismo que asoló el templo fue el trágico incendio de 1959. El elemento consumió casi por completo su magnífico interior. Hoy en día, el histórico templo, aunque aún conserva las huellas de la tragedia de hace 66 años, sigue siendo uno de los lugares más bellos y simbólicos de Lisboa.

Iglesia de Santo Domingo de Lisboa – orígenesy evolución del templo

La Iglesia de Santo Domingo fue construida en el siglo XIII por iniciativa del rey Sancho II. Desde el principio, el templo tuvo una función importante en la vida religiosa y social de la ciudad. Con el tiempo, se añadió al edificio un convento, que fue uno de los centros dominicos más importantes de Portugal. En el siglo XVI, la iglesia se convirtió en escenario de trágicos acontecimientos: fue aquí donde comenzó el pogromo contra los judíos en 1506, conocido como la Masacre de Lisboa. Durante varios días se produjeron brutales ataques contra la población judía, que se cobraron miles de víctimas. El suceso sigue siendo una de las páginas más oscuras de la historia de la ciudad.

La plaza frente a la iglesia a principios del siglo XX. Foto de José A. Bárcia, en Lisboa de Antigamente

Terremotos de Lisboa

A lo largo de sus siglos de historia, la iglesia ha sufrido dos cataclismos. El primer daño grave se produjo en 1531, a consecuencia de un terremoto. El templo fue reconstruido con el apoyo financiero de los fieles y del Rey, que donó fondos para la restauración. También fue necesaria una reconstrucción integral de la iglesia tras el siguiente gran terremoto de 1755, que arruinó Lisboa casi por completo. En aquella época, la reconstrucción de la iglesia corrió a cargo del arquitecto Carlos Mardel, que intentó conservar su estilo original al tiempo que añadía nuevos elementos arquitectónicos. Escribimos sobre otro monumento lisboeta destruido por el terremoto AQUÍ.

El incendio de la iglesia que cambió la historia

Durante los 200 años siguientes, los fieles visitaron la magnífica iglesia para rezar y admirar su interior ricamente decorado. En la tarde del 13 de agosto de 1959 se produjo otra tragedia inesperada: se declaró un gran incendio en la iglesia. Probablemente se originó en una vela colocada en uno de los altares laterales. Las llamas envolvieron rápidamente los elementos inflamables y el techo de madera y destruyeron casi todo el interior de la iglesia. El fuego consumió los altares ricamente decorados, cuadros de valor incalculable, así como elementos decorativos de madera, incluidas numerosas esculturas y dorados. El mobiliario y las obras de artistas famosos, incluidas pinturas de Pedro Alexandrin de Carvalha, se perdieron en las llamas. La temperatura era tan alta que los elementos de piedra y mármol se desmoronaron y agrietaron. La lucha contra el fuego duró más de seis horas y el elemento se cobró la vida de dos bomberos. Tanto la magnitud de la destrucción como las dramáticas imágenes del interior tras el incendio causaron una gran conmoción en la comunidad lisboeta. Aunque la fachada de la iglesia sobrevivió, el interior requirió una amplia reconstrucción. Tras un estudio, se decidió dejar visible la mayor parte de los daños para las generaciones futuras, como testimonio tangible de la historia de la histórica iglesia. Además del aspecto simbólico, el enorme coste de la restauración no fue insignificante.

Iglesia de Santo Domingo de Lisboa – restauracióny nueva identidad del templo

El incendio no puso fin a la existencia de la Iglesia de Santo Domingo. La reconstrucción duró muchos años y la iglesia no se reabrió a los fieles hasta 1994. A diferencia de restauraciones anteriores, que pretendían recuperar el esplendor original, esta vez se decidió dejar atrás las huellas de la destrucción, reconstruyendo únicamente el tejado, las bóvedas y otros elementos necesarios. Con sus columnas agrietadas, sus paredes carbonizadas y su falta de decoración, el interior de la iglesia adquiere un carácter crudo y conmovedor, siendo un monumento vivo al pasado. Del mobiliario antiguo, el mejor conservado es el altar mayor, que puede dar a los visitantes una idea de la antigua decoración de la iglesia. La sacristía también se ha salvado de la destrucción.

El interior de la iglesia antes y después del incendio. Foto: bndigital.bnportugal.gov.pt y xiquinhosilva, Wikimedia Commons

Hoy, el significado y el legado de la iglesia incendiada

En la actualidad, la Iglesia de Santo Domingo sirve de parroquia a los barrios de Santa Justa y Santa Rufina. Aunque su interior no ha recuperado su riqueza original, sigue siendo un lugar que atrae a turistas y fieles por su historia y su ambiente de reflexión sobre tragedias pasadas. El incendio de 1959 cambió para siempre la decoración del templo, pero no le arrebató su alma. En 1996, el lugar fue declarado Monumento Nacional de Portugal, lo que subraya aún más su importancia cultural e histórica.

Fuente: noticiasmagazine.pt, churchesoflisbon.weebly.com

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