Pusta Biblioteka
Charlotte Nordahl, CC BY-SA 2.0, via Wikimedia Commons

La Biblioteca Vacía de Berlín. El monumento conmemora los acontecimientos de 1933

Justo al lado de la avenida Unter den Linden de Berlín y frente a la Universidad Humboldt se encuentra uno de los monumentos conmemorativos más conmovedores del siglo XX: la Biblioteca Vacía de Micha Ullman. Conmemora los sucesos del 10 de mayo de 1933, cuando estudiantes de la Unión Nacionalsocialista de Estudiantes, apoyados por profesores de la Universidad Friedrich Wilhelm (actual Universidad Humboldt), bajo el acompañamiento musical de tropas de las SA y las SS, quemaron más de 20.000 libros de autores judíos, de izquierdas, liberales y socialmente críticos. La ceremonia tuvo lugar en presencia de una multitud congregada en la antigua Biblioteca Universitaria y en la entonces Kaiser-Franz-Josef-Platz, hoy Bebelplatz.

Antecedentes históricos y concepto

Ya el 6 de abril de 1933, la Unión de Estudiantes Alemanes anunció una acción a escala nacional «contra el espíritu no alemán», que debía culminar en una purificación de la literatura mediante el fuego (Säuberung). Las secciones locales prepararon listas negras de libros prohibidos, incluidas obras judías, marxistas, socialistas, feministas y consideradas antialemanas. En Berlín, en la lluviosa tarde del 10 de mayo, 40.000 personas se reunieron en la Opernplatz (actual Bebelplatz) para ver marchar a 5.000 estudiantes con antorchas encendidas para prender fuego a una pila de libros confiscados. También estaba presente Joseph Goebbels, ministro de Propaganda del Tercer Reich, que pronunció un encendido discurso (nomen omen) declarando el fin del «exagerado intelectualismo judío» y «confiando simbólicamente a las llamas la escoria intelectual del pasado». En mayo de 1933 se celebraron actos similares en otras 34 ciudades alemanas.

La Biblioteca Vacía – diseño y realización

En 1993, con motivo del 60 aniversario de la quema de libros en Bebelplatz, el Senado de Berlín convocó un concurso para el diseño del monumento. La propuesta ganadora fue la del artista israelí Micha Ullman, conocido por sus obras que tratan los temas de la ausencia y la memoria. Su diseño preveía la excavación de una sala vacía bajo la plaza, un «agujero de la memoria» físico y simbólico. El monumento se inauguró el 20 de mayo de 1995. La habitación mide 530 × 706 × 706 cm y está situada bajo una losa de cristal en el pavimento de la plaza. En su interior hay estanterías blancas vacías que contendrían exactamente el número de libros que se quemaron en 1933. La obra es un ejemplo de la llamada forma negativa, un motivo artístico de vacío que obliga al espectador a inclinarse hacia el espacio que hay bajo sus pies. El interior está climatizado, constantemente iluminado y protegido por un panel de cristal que hay que cambiar cada pocos meses debido a los arañazos.

Pusta Biblioteka
Luis Alvaz, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons

La Biblioteca Vacía y su simbolismo

El monumento está situado exactamente donde antes ardían los libros, entre la antigua biblioteca y el edificio principal de la universidad. A pocos metros de la instalación principal, una placa con una cita de Heinrich Heine del drama Almansor (1820) está incrustada en los adoquines:

«Das war ein Vorspiel nur,
dort wo man Bücher verbrennt,
verbrennt man am Ende auch Menschen.»

que significa:

«Fue sólo una introducción,
donde se queman libros,
al final se queman personas»

Estas palabras, pronunciadas más de un siglo antes del Holocausto, adquieren en este momento una actualidad aterradora. Sobre todo porque los propios libros de Heine figuraban en las listas negras de Hitler. Hoy, la Biblioteca Vacía conmemora los trágicos acontecimientos del pasado. Es también un espacio de reflexión sobre el papel de la memoria y la libertad de expresión. Su silencio dice más que mil palabras.

Fuente: visitberlin.de

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