La casa negra se construyó en las afueras de una pequeña ciudad eslovaca. Es un bloque sencillo que se abre al jardín desde el salón. El diseño de la casa es obra del estudio londinense JJ Design.
Cuando trabajaron en el diseño del edificio, los arquitectos quisieron combinar la necesidad de los residentes de una sensación de intimidad y la cercanía a la naturaleza. La casa está situada en el límite de una zona verde protegida. La vegetación circundante es, por tanto, un activo que los diseñadores decidieron aprovechar. Esto se consiguió mediante la colocación adecuada de las ventanas.
La casa se construyó con una planta sencilla. El minimalismo se repitió en el interior. Tanto en la decoración como en la sencilla y clara distribución funcional. La fachada del edificio está hecha de paneles metálicos, que le dan un aspecto modesto pero misterioso. El edificio tiene menos acristalamiento en el lado de la calle. Se trata de una medida deliberada para aumentar la sensación de intimidad. Los arquitectos adoptaron un enfoque completamente distinto para el muro del lado del jardín. Enormes superficies acristaladas conectan el salón con la terraza. Así se creó un espacio ideal para pasar el tiempo libre con la familia u organizar fiestas. Sentado cómodamente en el salón, uno tiene la impresión de estar en el exterior. Esta impresión se ve reforzada por el alto techo de esta parte del edificio. Basta con abrir la puerta para que el aire fresco inunde el interior. El salón se ha convertido en el corazón de la casa.
En la planta baja también hay un cuarto de baño principal, un despacho, un lavadero y una zona empotrada con numerosos compartimentos de almacenamiento que facilitan el orden. En la primera planta se ha creado la zona privada de los residentes. Hay tres dormitorios, un cuarto de baño adicional y una zona de juegos suspendida sobre la planta baja. El efecto se consiguió con la ayuda de una red de hamacas. La distribución propuesta por los arquitectos permitió crear espacios para cada uno de los ocupantes.
El diseño de esta casa se basa en el uso de materiales sencillos: metal, hormigón, madera, cristal y yeso negro. En conjunto, crean una estética moderna y cohesionada que hace hincapié en la sencillez y la elegancia.
El uso de soluciones ecológicas también fue importante en el diseño. Gracias al triple acristalamiento en puertas y ventanas y a la ventilación con recuperación de calor, se mantiene una temperatura óptima en el interior. Calentar el interior en invierno o enfriarlo en verano requiere menos energía, lo que se traduce en un ahorro real.
La forma sencilla y sincera del edificio fue reconocida por los expertos del Concurso de Arquitectura Internorm 2023, al ganar la casa el premio en la categoría de «Pequeño proyecto residencial». El jurado justificó su elección de la siguiente manera:
La sencilla casa unifamiliar impresiona por sus cuidados espacios interiores y exteriores, sus hermosas vistas y su iluminación, así como por un concepto de materiales armonioso y cálido que no parece molesto. El edificio discreto impresiona por sus amplias habitaciones con una bonita iluminación, sofisticación arquitectónica y materiales cálidos y armoniosos. Lacasa unifamiliar ha sido pensada hasta el más mínimo detalle, exudando una atmósfera acogedora a la vez que discreta «, justificó el premio la arquitecta y miembro del jurado Catharina Finder.
La casa unifamiliar de Eslovaquia es un ejemplo de cómo el lema que hizo famoso Ludwig Mies van der Rohe, «menos es más», sigue siendo válido en el mundo de la arquitectura.
diseñado por Jana Ralbovská – JJ Studio(www.jj-studio.co.uk)
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