La Iglesia de la Natividad de la Santísima Virgen María de Lądek-Zdrój es un templo barroco que forma parte importante del patrimonio cultural de la Baja Silesia. El edificio, construido entre 1688 y 1692, también ha sufrido varios daños y destrucciones a lo largo de los siglos de su rica historia. Los últimos acontecimientos -una inundación ocurrida hace menos de una semana- han provocado nuevos daños que requieren la intervención urgente de especialistas.
Las recientes inundaciones afectaron a muchas regiones de Europa Central y tampoco perdonaron a Lądek-Zdrój y sus monumentos. La iglesia de la Natividad de la Santísima Virgen María y la vicaría vecina quedaron parcialmente inundadas. El agua causó enormes daños tanto a la estructura del edificio como a su valioso mobiliario. El suelo de principios del siglo XX ha quedado levantado, ondulado y agrietado en muchos lugares, y en uno de los confesionarios el suelo se ha derrumbado, dejando al descubierto un espacio vacío bajo el suelo. Combinado con los daños previos que se produjeron durante la inundación de 1997, la situación actual pone en duda la estabilidad estructural de la iglesia.
Fotografía de Ewa Zadora
También resultaron dañadas esculturas históricas, pinturas y otros muebles que se guardaban en las salas de la planta baja del presbiterio. El monumento dañado más valioso es el Cristo Resucitado (ca. 1735-1740), del barroco tardío, obra de Michael Klahr. La escultura estaba cubierta de barro y sufrió daños en la policromía y la rotura de las astas de la bandera. La inundación también afectó a otros objetos valiosos, como los palos de la bandera procesional rococó, que se conservaban en la rectoría. El archivo parroquial, que contiene libros históricos de metrología de los siglos XVII al XX, también quedó empapado por el agua. Estas colecciones, que son una fuente de información inestimable sobre la historia de la comunidad local, incluida la familia Klahr, necesitan urgentemente ser drenadas y conservadas.
La ayuda de especialistas para preservar los monumentos dañados por el agua es esencial para salvar estos tesoros para las generaciones futuras.
Fotografía de Ewa Zadora
Ante la magnitud de la destrucción, la parroquia ha lanzado un llamamiento de ayuda. Ewa Zadora -guía de los Sudetes y presidenta de la Asociación de Museos de Lądek, y sobre todo residente de Lądek- y Jacek Gernat -historiador del arte, empleado del Museo de la Tierra de Lubusz en Zielona Góra, que se ocupa de los monumentos de la parroquia- hicieron un llamamiento a conservadores de arte, archiveros y otros especialistas para que ayuden a salvar estos tesoros culturales de valor incalculable.
La iglesia de la Natividad de la Santísima Virgen María de Lądek-Zdrój se construyó en el emplazamiento de un templo gótico anterior, que no sobrevivió al paso del tiempo. En el siglo XVIII, el templo fue reconstruido y ampliado, adquiriendo finalmente su forma actual. Un rasgo arquitectónico distintivo de la iglesia es la torre, que ha sido elevada varias veces a lo largo de los siglos, la última en 1815, cuando se le añadió una cúpula bulbosa. En 1804, el edificio resultó gravemente dañado por un incendio, tras el cual se emprendió una importante reconstrucción. La iglesia ha sufrido varias restauraciones a lo largo de los años, entre ellas las de 1959, 1972 y 1973, y fue inscrita en el registro de edificios históricos en 1964.
Jacek Halicki, CC BY-SA 3.0 PL, via Wikimedia Commons
Jacek Halicki, CC BY-SA 3.0 PL, vía Wikimedia Commons
La iglesia tiene una planta clásica de una nave rectangular con una torre añadida al sur y una sacristía al norte. Destacan las bóvedas barrocas de cañón con lunetos, que confieren al interior un carácter majestuoso. La decoración de la iglesia es típica del periodo barroco: adornos de estuco y esculturas, entre ellas obras de Michael Ignatius Klahr, considerado uno de los principales escultores de la región. Lo más valioso del mobiliario es el altar policromado de 1799 y el prospecto del órgano, construido en 1901, obra del terrateniente Jung.
En el exterior de la iglesia hay una vicaría, una estatua de San Florián de 1730 y una escultura de la Crucifixión de 1884, que forman parte integrante del conjunto histórico.
Fuente: academia.edu, Jacek Gernat
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