El Art Nouveau de Poznan es un fenómeno lleno de sutil encanto. Surgió en la encrucijada de estilos y ambiciones de una ciudad que experimentaba un desarrollo muy intenso a principios del siglo XX. Aunque a menudo se oculta entre superestructuras y modernizaciones posteriores, aún consigue impresionar hoy en día por su ornamentación, equilibrada y de delicados motivos florales y geométricos. Uno de los ejemplos más interesantes de este estilo es la casa de vecinos del número 34 de la calle Słowackiego, obra del arquitecto Paul Pitt, erigida en 1906 para el banquero Johann Kosicki.
Art Nouveau en Poznań: contra el aburrimiento industrial
El Art Nouveau no surgió de la nada. Fue una expresión de revuelta contra los rígidos edificios producidos en serie de finales del siglo XIX. En lugar de ornamentos fabricados en serie y formas predecibles, la gente empezó a crear edificios con alma: con fachadas asimétricas, ornamentos florales, líneas fluidas y detalles que recordaban a ilustraciones de cuentos de hadas. La variedad poznanesa del Art Nouveau se inspiraba en Berlín, pero tenía su propio carácter. Gracias a los cambios en la normativa y a la demolición de las fortificaciones que rodeaban el centro de la ciudad, así como a la incorporación de nuevas zonas a la ciudad, los arquitectos obtuvieron libertad para crear y pudieron desplegar sus alas. Fue en esta época cuando se construyeron muchas casas adosadas notables, que aún hoy llaman la atención de los transeúntes. La Kosicki Tenement House es un excelente ejemplo de ello.
La casa de vecindad de la calle Słowackiego, 34, como si fuera un cuadro
El edificio fue diseñado por Paul Pitt, un arquitecto que hizo sentir su presencia en la entonces en desarrollo ciudad de Poznan. Fue él quien, como uno de los primeros de la ciudad, empezó a firmar sus realizaciones, dejando una huella duradera no sólo en el paisaje, sino también en la historia de la arquitectura local. Aunque el edificio parece ordenado a primera vista, no carece de sorpresas. La propia fachada llama la atención. Simétrica, pero llena de detalles que rompen la monotonía. Destacan los miradores, las logias y los balcones de formas variadas. En la parte inferior de los orieles se ven águilas con las alas desplegadas, y sobre ellas intrincadas cintas, guirnaldas y misteriosas máscaras que parecen contar las historias de los antiguos habitantes. También destaca la mascarada, un rostro tallado oculto en la parte superior, sobre el tejado, que vigila la fachada como el espíritu de la casa.
Interiores interesantes
El interior de la casa tampoco se queda corto. Uno de los más interesantes es la escalera de madera con balaustradas decorativas y un pilar tallado. Su cabecera está decorada con máscaras humanas, en un típico estilo Art Nouveau que combina el mundo real y el simbólico. Estos detalles dan a la casa un carácter único y subrayan las aspiraciones de su propietario, un acaudalado director de banco que quería vivir con clase. Todo el encanto de hace más de un siglo se complementa con puertas y ventanas conservadas con divisiones inusuales y un suelo ornamental en el vestíbulo alto. Todo ello crea la atmósfera de una época pasada, en la que los detalles eran tan importantes como la funcionalidad.
Patio íntimo
Una puerta de madera ornamentada conduce desde el interior del vestíbulo al patio de la casa. El patio tiene una forma aproximadamente rectangular, y la disposición asimétrica de las dependencias (antiguamente habitadas por sirvientes e inquilinos) y la apertura hacia el oeste confieren al lugar un carácter íntimo. No faltan rincones acogedores y zonas verdes donde tomarse un respiro del ajetreo de la ciudad. Las dependencias que rodean el patio varían en altura, creando un ritmo interesante. Sus fachadas son más modestas que la parte delantera del edificio, pero conservan balcones semicirculares y sutiles decoraciones alrededor de las ventanas.
Calle Słowackiego, 34: un monumento con carácter
En la actualidad, la casa de vecinos de Kosicki en el número 34 de la calle Słowackiego sigue siendo un valioso ejemplo del Art Nouveau de Poznań y un testimonio vivo de las transformaciones urbanas de principios del siglo XX. Aunque los tiempos han cambiado y la distribución original de los pisos se ha transformado, el espíritu de la época sigue en el aire. Se puede sentir en los pilares tallados de las balaustradas, el fino estucado y los suelos de mosaico del pasaje. La casa de vecindad del número 34 de la calle Słowackiego se alza entre otras joyas Art Nouveau de Jeżyce, creando con ellas un paisaje único del barrio, donde la historia se entrelaza con la vida cotidiana de los habitantes.
Fuente: zabytek.pl
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