Nishiyama Onsen Keiunkan se fundó en 705 y en 2011 entró en el Libro Guinness de los Récords como el hotel más antiguo del mundo en funcionamiento ininterrumpido. Su función original era servir de refugio a samuráis y viajeros que atravesaban las regiones montañosas de Japón. Las aguas termales, que eran y siguen siendo la principal atracción del hotel, se abastecían directamente de los manantiales locales de Hakuho.
La notable historia del hotel abarca cientos de años de continuo desarrollo y modernización. La propiedad está situada al pie de las montañas Akaishi y fue fundada por Mahito Fujiwara, hijo del consejero del emperador Tenji. El hotel debe su nombre a la era Keiun (704-708). Los onsen, o baños termales japoneses, eran originalmente primitivas piscinas en cuevas, que fueron sustituidas gradualmente por estructuras de madera y más tarde por sofisticados edificios. En 1997, el Keiunkan se sometió a una importante remodelación, y en 2005 cada una de las 37 habitaciones se equipó con baños termales privados. El hotel, regentado desde hace 52 generaciones por la misma familia, se ha convertido en un auténtico icono de la tradición y la hospitalidad japonesas.
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Nishiyama Onsen Keiunkan ha acogido a muchos huéspedes distinguidos a lo largo de los siglos, entre ellos Takeda Shingen, uno de los guerreros feudales más famosos de Japón, y Tokugawa Ieyasu, fundador del shogunato Tokugawa. También han visitado el hotel miembros de la familia imperial, entre ellos el actual emperador de Japón, Naruhito. Uno de los aspectos más importantes del Nishiyama Onsen Keiunkan es su profundo compromiso con los principios de la hospitalidad japonesa, u omotenashi. Esta filosofía se basa en anticiparse a las necesidades de los huéspedes y satisfacerlas con auténtica calidez y esmero. Las ceremonias tradicionales del té, las comidas a medida y el trato personalizado a cada huésped hacen de la estancia en el hotel una experiencia única.
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A pesar de su omnipresente historia, el Nishiyama Onsen Keiunkan también ofrece comodidades modernas como Wi-Fi y lujosos baños onsen privados. La decoración de la propiedad hace referencia en cada rincón a la historia y las tradiciones de la región. Las habitaciones cuentan con terrazas con hermosas vistas de las montañas circundantes y tradicionales esteras de tatami, puertas correderas shoji y elementos del arte clásico del país de los cerezos en flor, lo que permite a los huéspedes sumergirse en la atmósfera del antiguo Japón.
La cocina que se sirve en el hotel es un auténtico festín para los sentidos. Cada plato es una obra de arte, tanto por su sabor como por su estética. El lugar también ofrece la oportunidad de degustar el famoso koshu de ternera japonés. Para los amantes de la cultura, se ofrecen talleres de caligrafía, ikebana y otras actividades que permiten a los huéspedes comprender y apreciar mejor la tradición japonesa.
Fuente: keiunkan.co.jp, wakacyjnipiraci. co .uk
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