En la isla alemana de Rügen, en la localidad de Binz, hay un complejo monumental de edificios conocido como Prora. Fue construido entre 1936 y 1939 por iniciativa de la Alemania nazi en el marco del programa «Fuerza por Alegría» (Kraft durch Freude, KdF). Su objetivo era proporcionar a los trabajadores alemanes acceso a unas vacaciones baratas en el mar Báltico, pero la guerra frustró estos planes. Hoy, tras décadas de uso militar y degradación progresiva, Prora recobra vida como moderno complejo turístico.
Historia y construcción del complejo
En un principio, Prora iba a constar de ocho edificios idénticos con una longitud total de 4,5 km. Su diseño, obra de Clemens Klotz, preveía alojamiento para 20.000 veraneantes. Cada habitación de 5×2,5 metros debía tener dos camas, un armario y un lavabo. Los planos también incluían piscinas, un teatro, un cine y una gran sala de espectáculos capaz de albergar a todos los huéspedes al mismo tiempo. La construcción del Prora consumió considerables recursos financieros y fue uno de los proyectos propagandísticos más prestigiosos del Tercer Reich. El complejo ganó incluso el Gran Premio de la Exposición Universal de París de 1937. Sin embargo, el estallido de la Segunda Guerra Mundial interrumpió los trabajos de construcción y los trabajadores fueron trasladados a la fábrica de armamento de Peenemünde. Prora nunca se completó ni se utilizó para su propósito original.
Prora durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría
Durante la guerra, los edificios sirvieron principalmente de refugio para refugiados y personal auxiliar de la Luftwaffe. Después de 1945, el emplazamiento cayó en manos del Ejército Rojo y, posteriormente, de las autoridades de Alemania Oriental, que lo convirtieron en una base militar. Aquí se estacionaron unidades de élite, como el 40º Batallón de Paracaidistas «Willi Sänger» y batallones de construcción para quienes se negaban a cumplir el servicio militar. Tras la caída del Muro de Berlín en 1990, el complejo pasó a estar bajo control de la Bundeswehr, pero los militares abandonaron finalmente Prora en 1992.
Ralf Roletschek, CC BY-SA 1.0 FI, vía Wikimedia Commons
Prora contemporánea
Tras la reunificación alemana, el Prora fue puesto bajo protección de conservación, pero siguió deteriorándose cada vez más, y las ideas para su desarrollo cambiaron como un caleidoscopio. Con el tiempo, el complejo empezó a transformarse en modernos apartamentos, hoteles y complejos turísticos. En 2011 se inauguró aquí el mayor albergue juvenil de Alemania, y otros edificios se están renovando constantemente. Hoy, Prora atrae a inversores y turistas con pisos y hoteles exclusivos. En 2019, varios edificios se renovaron por completo y los pisos de Prora se han convertido en algunos de los inmuebles más deseados del mar Báltico.
Centro turístico histórico en la cultura
La historia de Prora es un ejemplo de cómo los proyectos monumentales de los regímenes totalitarios pueden transformarse en símbolos de modernidad y lujo. El complejo también despierta un gran interés en la cultura y los medios de comunicación. Ha aparecido, por ejemplo, en el juego de ordenador Civilization V: Brave New World como maravilla del mundo y en las novelas policíacas de David Young ambientadas en la realidad de la RDA. En 2012 se rodó el cortometraje Prora, que utiliza este insólito lugar como telón de fondo de la historia. Prora ha recorrido un largo camino: de complejo propagandístico inacabado del Tercer Reich a base militar de la RDA, pasando por exclusivo complejo turístico.
Fuente: proradok.de, labyrintharium.co.uk
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El edificio en 2009 y 2023. Fotografía de Dietmar Rabich/Wikimedia Commons y Vincent Eisfeld, CC BY-SA 4.0, vía Wikimedia Commons
El edificio antes y después de la modernización. Foto de Steffen Löwe, Dominio público, vía Wikimedia Commons y Lappländer, CC BY-SA 4.0, vía Wikimedia Commons