Decenas de cantos rodados y piedras de diversos tamaños fueron descubiertos durante la construcción de la Estación Técnica del Metro de Carolina y ahora cobran nueva vida en el espacio urbano. Los cantos rodados, que son restos de la Edad de Hielo, fueron excavados y encontrados durante los movimientos de tierra. Ahora, en lugar de considerarse residuos de la construcción, se utilizarán de diversas formas al servicio de los habitantes de Varsovia.
Se han entregado al distrito de Włochy más de 50 piedras más pequeñas, de 60-70 cm de diámetro. Estas barreras naturales actuarán como bloques de aparcamiento a lo largo de la Avenida de los Castaños, en la calle Rybnicka, protegiendo el monumento natural de los coches. Mientras tanto, las piedras más grandes, de unas cinco toneladas de peso, se trasladarán a Bielany y Żoliborz, donde servirán de base para placas conmemorativas, enriqueciendo el espacio urbano y destacando el contexto histórico de estos lugares.
Las rocas erráticas desenterradas en el lugar de construcción del Metro son testigos de la Edad de Hielo de hace varios cientos de miles de años. En aquella época, la capa de hielo formada en la península escandinava creció (hasta alcanzar un espesor de varios kilómetros) como consecuencia del enfriamiento del clima y se deslizó hacia el sur, adentrándose en las tierras bajas europeas. Las masas glaciares se congelaron en el suelo y, a medida que «vagaban», arrancaban grandes secciones del terreno y las transportaban. El avance de los glaciares sólo se detuvo cuando el clima se calentó. En ese momento, las masas glaciares se fundieron y dejaron atrás todo el material traído de Escandinavia, incluidos fragmentos de roca dura, resistente a la abrasión y a la intemperie. Estos bloques (principalmente granitos), a pesar de su gran dureza, no tienen aristas vivas, sino que están magullados por el movimiento y la abrasión de la masa glaciar.
Hubo varias migraciones glaciares (glaciaciones) de este tipo durante la época del Pleistoceno (que duró entre unos 2,5 millones de años y unos 12.000 años). Las rocas desenterradas durante la construcción del último tramo de la línea M2 proceden de la glaciación polaca media, la Oder Stadial (hace unos 300-200 mil años), cuando la capa de hielo cubría casi toda Polonia y llegaba hasta los Sudetes y los montes Świętokrzyskie.
La Junta de Gestión de Zonas Verdes de la ciudad de Varsovia, al igual que el distrito de Włochy, tiene previsto utilizar la mayor parte de los cantos rodados donados por el Metro de Varsovia para proteger las zonas verdes de los carriles de las carreteras de la invasión y el aparcamiento ilegal. en los parques de Varsovia también se colocarán 75 cantos rodados de distintos diámetros. Dependiendo de las características del lugar, los cantos rodados cumplirán distintas funciones. Algunas servirán para dar variedad a la zona y crear puntos de referencia distintivos, convirtiéndose en señales naturales. En el Parque de los Fosos, por ejemplo, se recogerán cantos rodados para la futura «renaturalización» (restauración del entorno a su estado natural) de los cursos de agua del parque. Está previsto incorporarlos a los refuerzos de las orillas, crear cisternas de agua o pequeñas arquitecturas en forma de zonas para sentarse. En algunos parques, los cantos rodados tendrán también una función de protección de la vegetación.
Otros transportes llevarán cantos rodados de mayor tamaño, entre otros, al Parque Skaryszewski y al Parque Cichociemnych, así como a los bulevares del Vístula. Las más pequeñas se encontrarán, por ejemplo, en Pole Mokotowskie y en el Parque Żeromski. Gracias a esta iniciativa, piedras que han sido testigos de acontecimientos prehistóricos encontrarán un nuevo uso, enriqueciendo el espacio urbano y protegiendo la naturaleza de la destructiva actividad humana.
Fuente: Ayuntamiento de Varsovia
Fotos: Metro de Varsovia
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