En uno de los grandes bloques de pisos, en medio del bullicio urbano de Varsovia, Studio Mido transformó un piso clásico de 65 metros cuadrados en un espacio que respira frescura y tranquilidad. El encargo de diseño era claro: crear un interior atemporal en el que una paleta de colores neutros se rompiera con sutiles toques de color, y cada metro cuadrado estuviera al servicio de la comodidad de los usuarios.
La metamorfosis del piso exigió una amplia reconstrucción. La demolición de la pared que separaba la cocina del salón abrió el espacio, aportando más luz y libertad de movimientos. Se colocó un fregadero de acero bajo encimera, práctico y compacto, y los muebles se acabaron en chapa de roble natural. Los estantes claros con suaves toques de color fluyen hacia los armarios superiores, acentuando la armonía entre materias primas y funcionalidad. Delicadeza y durabilidad: estas son las principales características de una cocina creada pensando en la pasión por la cocina.
El salón se ha convertido en el verdadero corazón de la casa: un lugar para reunirse, entretenerse y exponer la colección de plantas en maceta. Un lujoso armario RTV integrado con una librería permitió a los residentes exponer obras de arte: desde el sutil jarrón de la señora Jurek hasta las modernas esculturas de Totem Studio. El collage azul de Laura Węgłowska-Przechodzen, en armonía con la iluminación, aporta un elemento de color al tenue fondo del salón.

En todo el piso, la prioridad era ocultar hábilmente los elementos para no perturbar la estética minimalista. Justo a la entrada, en el vestíbulo, un discreto armario oculta la lavadora y la secadora, mientras que un espacioso armario guarda el equipo deportivo, el material de viaje y la aspiradora. De este modo, el interior se mantiene ordenado a la vez que flexible a las necesidades de la familia.
El dormitorio impresiona por su tranquilidad: los tonos neutros se rompen con una alcoba azul, que se transforma en un estudio aislado para trabajar a distancia cuando sea necesario. Esta solución confirma que, con la zonificación adecuada, incluso un espacio pequeño puede adaptarse a las etapas cambiantes de la vida sin necesidad de costosas remodelaciones.

Ambos cuartos de baño están diseñados con un espíritu minimalista, combinando verdes, beiges, maderas claras y grises. Un discreto detalle en forma de rejilla de ventilación espejada casi se hunde en la hoja de cristal, creando un sutil equilibrio entre función y forma.
Este piso es la prueba de que la arquitectura de los años 90 tiene un gran potencial: con la visión adecuada y respetando las necesidades cotidianas de los usuarios, es posible extraer de ella un espacio vital funcional y a la vez estéticamente agradable, concluyen los autores del proyecto.
diseño: Paulina Niemirska, Zuzanna Bubień-Marczak | Studio Mido
fotos: Martyna Rudnicka
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