Una estancia veraniega a orillas del mar evoca el aroma de la fruta fresca, el calor del sol y los alegres encuentros con los seres queridos. Este es el estado de ánimo que dio lugar al diseño de un piso de vacaciones de 67 metros cuadrados en la isla Granero de Gdansk. Los arquitectos decidieron trasladar al interior la energía de los climas meridionales, combinándola con el carácter costero local. El piso de Gdańsk del estudio Szydlik Wnętrza es una acertada síntesis de estos dos mundos.
Cada proyecto empieza con una conversación con los inversores, en la que nace una visión del espacio que corresponde a su estilo de vida. En este caso, la primera reunión trajo sorpresa y emoción. Rápidamente aparecieron palabras clave en las notas de los diseñadores: relajación, confort, originalidad y el motivo de las puertas con vidrieras de colores. También hubo inspiración en Marruecos, cuyo clima cálido y ricos colores se convirtieron en el punto de partida de todo el arreglo.
Los diseñadores decidieron combinar acentos marroquíes con elementos característicos del modernismo. El resultado es un interior lleno de colores y texturas, en el que los motivos expresivos se yuxtaponen a la madera natural y las formas suaves y redondeadas. Esta combinación confiere al piso una atmósfera única. Por un lado, el interior está lleno de vida y optimismo, mientras que por otro proporciona paz y relajación después de un día en la playa o explorando la ciudad histórica.

Uno de los aspectos más interesantes del proyecto fue la inusual forma del piso, cuya planta se basaba en un rombo. Las paredes formaban ángulos agudos y obtusos. Los arquitectos decidieron corregirlo ópticamente introduciendo paredes previas, armarios empotrados y accesorios. El resultado fue una distribución clara y unas proporciones equilibradas.
El piso estaba pensado como espacio de ocio para al menos cuatro personas. Para cumplir este cometido, se diseñó una cama en el dormitorio central, extendida entre dos paredes, con entrada independiente por ambos lados. Esta solución permitía comodidad a la vez que economía de espacio. En el salón hay un sofá cama para invitados adicionales, y la cocina abierta con mesa de comedor acentúa la amplitud de la zona de estar.
Sangría, como llamaron los diseñadores al piso de Gdansk, es un interior lleno de luz, color y buena energía. Combina la alegría de un ambiente sureño con la elegancia de la sencillez modernista. Es un lugar que invita a detenerse, relajarse y disfrutar del momento, como con una copa de vino frío en una tarde de verano junto al mar.
Diseño: Szydlik Interiors
Fotografías: Jakub Nanowski – PERSPEKTYWA
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