En el barrio de Mokotow, en Varsovia, una casa de vecinos de antes de la guerra, de 1912, revela una insólita historia de armonía entre historia y modernidad. El edificio, que sobrevivió a la destrucción de la Segunda Guerra Mundial gracias a su proximidad a los cuarteles alemanes, sigue albergando a los descendientes de los habitantes originales. Este rico pasado confiere a los interiores un carácter único, que sirve de telón de fondo a los arreglos contemporáneos. El nuevo diseño interior es obra del arquitecto Wojciech Nowak, del estudio NOWW.
El piso diseñado está situado en la quinta planta, justo debajo del espacioso ático, y ocupa una superficie de 60 metros cuadrados. La distribución interior original incluía dos habitaciones separadas, una cocina e instalaciones sanitarias independientes. En el nuevo concepto, el dormitorio se ha trasladado a la antigua cocina, mientras que la espaciosa cocina integrada y el salón forman una distribución abierta y funcional. Se conservaron los muros de carga, desplazando sólo ligeramente la puerta que daba al cuarto de baño principal, lo que permitió crear una disposición uniforme de la cocina en la zona de estar.
Detalles históricos
El interior ha sido objeto de una profunda renovación. Se dio nueva vida al tejido arquitectónico original, despojado de sus antiguos detalles decorativos; los únicos elementos del pasado que sobreviven son dos pares de puertas de roble cuidadosamente restauradas. Todas las demás superficies -paredes, techos y suelos- se han renovado, lo que ha dado lugar a un nuevo parquet de roble colocado en un clásico patrón de espiga y a nuevas instalaciones. Cabe destacar la inusual solución del cuarto de baño: una pared de ducha colocada en un ángulo de 30° respecto a la pared de entrada y una encantadora ventana circular que ilumina el espacio.
El diseñador optó por una audaz yuxtaposición de diferentes planos, texturas, colores y materiales para crear un interior memorable. La disposición combina libremente elementos de diseño contemporáneo con detalles que recuerdan la estética del siglo XX: desde frentes de cocina sutilmente acabados, que interpretan sintéticamente los muebles tradicionales de marquetería, hasta combinaciones deliberadas de piedra, madera y azulejos esmaltados de los años 60. El punto focal de la composición es la ventana circular situada en la pared entre la cocina y el baño, que brilla como un sol en miniatura en el salón.
La composición está dominada por los contrastes y los acentos de color cuidadosamente elegidos. El fondo es una pared uniforme, ligeramente rozada, de color beige claro, que acentúa el carácter distintivo de cada zona. En el salón, los acentos naranjas se unen a la carcasa roja del alero y al sofá de terciopelo oliva, mientras que una trama de listones de roble aporta un acento dinámico. El estudio contiguo, diseñado como una caja de madera con una cornisa distintiva, y el dormitorio en púrpura barroco con alfombra color arena y paredes a cuadros, forman un conjunto cohesionado lleno de historias individuales.
Arte en Mokotow
Los detalles decorativos son arte. En el salón cuelga un cuadro de Norman Leto, mientras que el estudio está decorado con obras de Magda Karpinska y Tomek Baran. Cada toque artístico acentúa la singularidad del espacio, dándole una dimensión emocional extra y convirtiendo el piso tanto en un lugar funcional como en una galería de inspiración viva.

Es imposible no mencionar la fachada de la cocina, que crea una especie de paisaje interior. La ventana circular entre la cocina y el cuarto de baño no sólo deja pasar la luz natural, sino que también crea una ilusión óptica única en el cuarto de baño. Esto se complementa con una lámpara de latón, un elemento que ilumina y deja al descubierto la belleza de la encimera de la cocina.
Hermosos muebles
También cabe destacar la cuidada selección del mobiliario, que forma parte integral del conjunto. La mayoría de los elementos se fabricaron por encargo, lo que garantiza su singularidad. Destacan las sillas (modelos originales de Bruno Rey y Dietiker, que acentúan la elegancia del espacio), la mesa HAY, el sofá Ginza de Calligaris, la lámpara sobre la mesa (Pani Jurek), las butacas (Modelo MIM – Mobili Italiani Moderni), o las lámparas de mesilla de Fontana Arte. Gran parte de los muebles y accesorios proceden de subastas vintage, incluso en la plataforma Catawiki, lo que resalta su valor histórico y su diseño único. Un carpintero de Cracovia se encarga del mobiliario de madera.
_
Sobre el estudio:
Wojciech Nowak es el fundador de NOWW Studio. Licenciado por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Cracovia y becario de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Münster, es miembro activo de la Cámara Regional de Arquitectos de Malopolska desde 2013. Adquirió experiencia trabajando en estudios de renombre y durante la realización de los proyectos Fika Kraków café y Body Espresso Bar. En sus proyectos, busca combinaciones eclécticas de tendencias contemporáneas con la estética del siglo XX: desde el Art Déco, pasando por la Bauhaus, hasta el modernismo. Valora la autenticidad de los materiales, inspirándose tanto en la naturaleza como en diversos campos del arte y la cultura.
diseño: NOWW Studio
fotografía: Mood Authors
Lea también: Apartamento | Interiores | Detalle | Eclecticismo | Varsovia | Destacado | whiteMAD en Instagram