La iglesia del Espíritu Santo de Emmerich am Rhein es uno de los diseños eclesiásticos alemanes más originales de la segunda mitad del siglo XX. Su forma llama la atención por su composición escultórica y su innovador enfoque del espacio litúrgico. El edificio, diseñado por Dieter Georg Baumewerd, es una expresiva respuesta arquitectónica a los cambios iniciados por el Concilio Vaticano II.
La arquitectura y la forma de la iglesia
La iglesia del Espíritu Santo de Emmerich am Rhein (Alemania), a veces denominada por los lugareños «las seis setas de hormigón», se distingue de otras iglesias por su forma futurista y escultórica. El edificio rodea una extensa plaza plantada de plátanos, complementada por siete estelas. La estructura descansa sobre columnas de hormigón que sostienen cubiertas en forma de abanico de distintas alturas. Las superficies de las paredes están hechas de láminas rotas de hormigón y vidrio, que aportan luz al interior y crean una impresión de ligereza en toda la elaborada estructura.
Iglesia de Emmerich am Rhein – contexto histórico
En la década de 1950, el distrito de Leegmeer en Emmerich comenzó a desarrollarse rápidamente. En respuesta a las crecientes necesidades de los fieles, la administración parroquial de la parroquia de Santa Aldegunda decidió establecer una nueva comunidad parroquial. El padre Lambert Brimmers se convirtió en su primer párroco. Tras la compra de un terreno, se convocó un concurso de arquitectura para una nueva iglesia. Lo ganó Dieter Georg Baumewerd, el más joven de los participantes. La construcción comenzó en 1964 y la consagración de la iglesia tuvo lugar dos años después, en Pentecostés. En 1989, se construyó junto a la iglesia un campanario diseñado por el mismo arquitecto. Tras la reorganización de las estructuras parroquiales de Emmerich, la iglesia se convirtió en una filial de la parroquia de San Cristóbal.
El interior de la iglesia y la liturgia moderna
El interior de la iglesia se diseñó en planta cuadrada en torno a un altar situado en el centro. El espacio está dividido por cubiertas en forma de seta de diferentes alturas, dispuestas sobre una planta irregular a base de triángulos. Grandes acristalamientos conectan el espacio sagrado con el entorno, abriéndolo a la luz y a la vegetación de la iglesia. El altar se ha dividido de acuerdo con el Vaticano II. Una parte está destinada a la proclamación de la Palabra de Dios, la otra a la celebración de la Eucaristía. Ambas son de mármol de Carrara y están dispuestas en forma de dos alas conectadas.
Iglesia de Emmerich am Rhein – mobiliario
El diseño interior se basa en una colaboración con artistas que representan diversas corrientes del arte sacro de posguerra. Las paredes de una superficie total de 640 metros cuadrados están cubiertas con tiras de lienzo en bruto pintadas por Fred Thieler, representante del Informel alemán. Thieler también creó un Vía Crucis abstracto. Los elementos litúrgicos, incluidos el crucifijo y el candelabro, fueron diseñados por Waldemar Kuhn. La cruz mide siete metros de alto y nueve de ancho y se fabricó con desechos de acero. Su forma simboliza la victoria sobre la muerte y la imperfección humana. El tabernáculo se creó en el taller de orfebrería de Wilhelm Polders, en Kevelaer, mientras que la pila bautismal es un diseño de Alo Kröger. En 1996, la empresa Karl Schuke de Berlín construyó el enorme órgano de la iglesia, que consta de 1.594 tubos.
Un lugar en el paisaje sagrado de Alemania
La iglesia del Espíritu Santo de Emmerich am Rhein es un ejemplo muy interesante de la arquitectura sacra brutalista de los años 60. El diseño combina principios litúrgicos postconciliares con una forma expresiva. La obra de Dieter Georg Baumewerd sigue siendo hoy en día una de las iglesias más reconocibles de la región gracias a su original masa y su innovador enfoque del espacio.
Fuente: sosbrutalism.com, denkmalpflege.lvr.de
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