Su interior sorprende. La Casa de Plata de Igawa

En la parte baja de la plaza principal Masaryk de Iglava (República Checa) se alza un edificio conocido como la «Casa de Plata». Es uno de los patrimonios arquitectónicos más valiosos, bajo protección de conservación. Ya desde fuera impresiona por su fachada histórica, pero sólo cuando los visitantes entran descubren lo que realmente distingue a este lugar.

La historia del edificio se remonta al Renacimiento, cuando se formó aquí una disposición espacial modular. Las posteriores reconversiones burguesas de los siglos XVIII y XIX borraron un poco la claridad original del plano, introduciendo a veces soluciones torpes. Durante la reciente revitalización, sin embargo, se restauró la planta universal original, lo suficientemente flexible como para hacer frente a futuros cambios de función. El diseño de los cambios fue elaborado por arquitectos del Atelier Štěpán.

El interior del edificio se dividió verticalmente en zonas con distintos fines. El sótano alberga una exposición de hallazgos arqueológicos únicos, como herramientas para acuñar monedas de plata de antes de 1300, descubiertas en el patio. La entrada conduce a un punto de información turística y a un acogedor salón de té. Las plantas superiores incluyen una sala de conciertos con cincuenta plazas, dos salas más pequeñas con policromías históricas de vivos colores y espacios dedicados a oficinas.

El motivo más destacado del interior es una paleta de tonos plateados yuxtapuestos con matices grises. El acabado en perla metálica aparece en la sala de conciertos acústica, en las estilizadas cocinas y en la decoración de las paredes. La cantería deja al descubierto el acero inoxidable en nuevas inserciones, mientras que los detalles estañados son un guiño a la artesanía tradicional. La elección de la plata es también una referencia al apogeo renacentista de la minería: los orígenes de la tenencia se remontan al siglo XIII, época en la que Igawa se convirtió en un importante centro minero gracias a la extracción de este mineral. De todos modos, ¡en el piso subterráneo puedes sentirte como en una mina!

La reconstrucción del tejado es un ejemplo del sutil diálogo entre lo antiguo y lo nuevo. La cercha original de 1893 tenía defectos estructurales y no transmitía bien las fuerzas laterales. La nueva cercha mantiene la forma original del tejado, aunque ligeramente elevada. Se introdujo una franja horizontal de ventanas justo encima de la cornisa, una referencia rítmica a la división arquitectónica clásica. Se integraron ventanas discretas en el tejado cubiertas con una costura de chapa metálica plateada.

En el lado del jardín, se levantó un moderno anexo cúbico de hormigón oscuro y malla de acero en lugar de la antigua ala del patio. El rediseño del patio permitió reubicar las instalaciones técnicas fuera del bloque histórico. Esta sección albergaba un jardín de invierno, un salón de té y una escalera que conectaba las partes antigua y nueva del edificio, iluminada por la luz del día a través de una claraboya en el tejado.

La accesibilidad es una prioridad: en el centro del plan está el ascensor, cuyo cristal no se ha acabado de forma tradicional, sino sólo teñido con pigmento. Cada planta revela una capa diferente de la historia estructural del edificio.

Por último, cabe destacar la paleta de materiales ascético-tradicional: superficies de yeso mineral recubiertas de pintura a la cal, suelos de piedra, madera y terrazo, ventanas de madera históricas y modernas, cerchas, cubierta de chapa y un anexo de hormigón. El interior de la Casa de la Plata no es sólo un viaje a través de los siglos, sino un diálogo entre la historia y el presente, donde el amor por la plata une a generaciones de arquitectos y artesanos.

diseño: Marek Jan Štěpán – Atelier Štěpán

fotografía: Filip Šlapal, www.filipslapal.cz

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