La calle Świętojerska de Varsovia ha adquirido recientemente un nuevo aspecto, especialmente llamativo ahora, en primavera. El espacio entre los árboles a lo largo del jardín Krasińskich, pavimentado con bloques de hormigón durante años, se ha transformado por completo. En lugar de una superficie endurecida, ha aparecido un cinturón verde lleno de flores y plantas ornamentales bajas. Gracias a este tratamiento, los árboles, que antes crecían en estrechos huecos cuadrados, han obtenido mejores condiciones para crecer.
Los cambios ya eran visibles en otoño, pero los efectos completos sólo pueden apreciarse ahora, cuando todo está en flor. A lo largo de la calle han aparecido tulipanes, nomeolvides, nuevos setos y jardines de lluvia. También se han plantado cinco robles de la misma especie que han formado una línea a lo largo de la calle durante años. Además de las medidas de reverdecimiento, también se han llevado a cabo obras en la calzada. Se ha renovado la acera y la parada de autobús, donde han aparecido losas de terrazo en un elegante formato cuadrado. En las próximas fases, está previsto reconstruir el paso de peatones cercano, que se elevará para mejorar la seguridad. La modernización también incluirá semáforos y la creación de nuevos pasos para ciclistas en el cruce con las calles Anielewicza y Gen. Andersa.

Aunque las transformaciones en Świętojerska no tuvieron el carácter de una reurbanización integral, su impacto en la estética y funcionalidad del espacio resultó ser significativo. De forma sencilla, se ha conseguido dar a esta parte de Śródmieście un carácter más amable y verde. Este es otro ejemplo de cambios aparentemente menores en el tejido urbano que pueden transformar por completo la percepción de un lugar. La calle, que hace solo unos años se utilizaba como aparcamiento, es ahora la prueba de lo mucho que se puede cambiar alejándose del hormigón y acercándose a la naturaleza. Ya en 2011 se suprimió el aparcamiento en la acera, y ahora también han desaparecido sus últimos vestigios.
Como parte de las obras, también se ordenaron las esquinas de los cruces y la isleta del paso de peatones para evitar el aparcamiento ilegal. Todo esto forma parte de un plan más amplio para reverdecer el centro de la ciudad, que incluye tanto inversiones a gran escala en partes representativas de la ciudad como cambios menos espectaculares, pero igualmente necesarios, en el espacio cotidiano de los residentes. El proceso de reverdecimiento requiere paciencia y muchas plantas se plantan mejor en otoño, lo que significa que los efectos sólo se hacen visibles al cabo de unos meses. El resultado, sin embargo, convence incluso a los escépticos. La primavera en Świętojerska es la mejor prueba de que merece la pena dar más verdor a la ciudad.
Fuente: ZDM en Varsovia
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Świętojerska antes y después de la reconstrucción. Foto: ZDM