En el corazón del barrio Grzegórzki de Cracovia, en la moderna inversión Wiślane Tarasy 2.0, se encuentra un piso excepcional, que a primera vista encanta por su estilo único y su excelente arquitectura. El interior del piso fue diseñado por Mateusz Niepokój del estudio noplusp. Se trata de un espacio de 150 metros cuadrados, que adquirió su aspecto final gracias a una atrevida actuación.
Situado en la séptima planta, el apartamento garantiza una atractiva vista del horizonte de Cracovia. Tanto la orientación norte como la oeste revelan un caleidoscopio de paisajes urbanos, mientras que tres amplias terrazas cubiertas son una prolongación natural del interior, permitiendo disfrutar del encanto del entorno durante todo el año.
Originalmente dividido en seis habitaciones funcionales, el piso se caracteriza por paredes exteriores redondeadas que confieren al interior una suavidad y un sutil dinamismo. El reducido número de muros estructurales abre infinitas posibilidades de diseño, mientras que los amplios acristalamientos, los bajos alféizares y los altos marcos de las ventanas proporcionan una excelente luminosidad interior. De este modo, el proyecto de reconversión pudo centrarse en perfeccionar los detalles, conservando al mismo tiempo la distribución original y funcional.
Modificaciones respetuosas con el detalle
Las modificaciones realizadas fueron selectivas. La idea clave era optimizar las proporciones y funciones de las distintas zonas, sin alterar la armonía original de la distribución espacial. La demolición se redujo al mínimo, preservando así la esencia del diseño original. La atención se centró en la nueva instalación eléctrica, basada en un sistema de iluminación ambiental empotrado que acentúa sutilmente el carácter del interior. El dormitorio, por su parte, presenta una solución innovadora: un espacio de baño separado por un cristal inteligente que proporciona la intimidad necesaria a petición, creando una atmósfera única de intimidad y confort.
La esencia del minimalismo
El interior del piso se diseñó siguiendo el espíritu del minimalismo moderno, haciendo hincapié en una estética equilibrada y la tranquilidad visual. Materiales naturales como la chapa de roble, el sinterizado de cuarzo mate en un tono negro intenso y textiles expresivos confieren elegancia y tranquilidad al espacio.
El punto central del piso es la sala de estar de planta abierta, donde la cocina, el comedor y el salón se funden a la perfección. Los armarios de la cocina, uniformes gracias a la madera clara, crean un efecto coherente: los frentes de los muebles fluyen ópticamente a la perfección hacia las paredes, ocultando los electrodomésticos y subrayando la «funcionalidad oculta» que define el enfoque moderno de la disposición.
Ritmo de luz y forma
En la zona del salón, llaman la atención un sofá modular en tonos grises y un sillón de carácter escultural. El mobiliario así elegido crea un espacio en el que los contrastes equilibrados se convierten en la clave de la armonía. Los escasos detalles en negro -mesas y luminarias- combinan a la perfección con la luz natural, que, a través de las lamas horizontales de las persianas, introduce variación y profundidad a cualquier hora del día.
El interiorismo es un ejercicio de atención: al prescindir de los excesos decorativos, la atención se ha centrado en la calidad de los materiales, el juego de luces y el ritmo de las texturas. Cada detalle se ha tenido en cuenta para elevar el confort cotidiano a un ritual en el que menos es más.
diseño: Mateusz Niepokój
fotografía: Mood Authors
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