El rascacielos que se alza sobre una “punta de lápiz” es una obra insólita del arquitecto estadounidense de origen japonés Minoru Yamasaki. El edificio da la impresión de estar precariamente suspendido sobre la calle. Yamasaki, pionero del nuevo formalismo, es también autor de proyectos como: World Trade Center, Torre Picasso y Edificio IBM. Sus características ventanas estrechas separadas por líneas rectas inspiraron a los arquitectos de los años 70, mientras que la Torre Rainier es uno de los proyectos arquitectónicos más interesantes e imaginativos de la época.
El nuevo formalismo implicaba una vuelta a los principios de la arquitectura clásica trasladados a realidades modernas. De ahí la completa simetría de la fachada, los podios acentuados y los arcos. Además, el estilo también hacía uso de paredes planas, fuentes y materiales preciosos, especialmente en los acabados interiores. Yamasaki prestó especial atención al verde urbano, ya que quería evitar que se viera abrumado por la compacidad de las calles.
Gigante de luz
Por un lado, la Torre Rainier alivia el espacio urbano con su plataforma cónica. Por otro, es difícil no fijarse en el macizo muro del rascacielos plano. Además de la filosofía del arquitecto, la estrecha base tiene también una justificación legal y de ingeniería. La normativa municipal no permitía construir un rascacielos tan ancho en este emplazamiento debido a la superficie del solar. Yamasaki también quería que el espacio de la base del edificio fuera ajardinado por arquitectos paisajistas, lo que habría añadido algo de vegetación a la densa urbanización. Curiosamente, la inusual forma de la plataforma también pretendía reducir el efecto de cañón urbano, donde el viento sopla a gran velocidad.
En realidad, la base de hormigón está asentada sobre cimientos profundos para que pueda soportar el peso de la torre. A pesar de la solidez técnica de la base, muchos residentes expresaron su preocupación por la estabilidad del edificio. Al fin y al cabo, el rascacielos parece colgar de una delgada columna sobre la calle. Sorprendentemente, es la estructura de acero del rascacielos la que puede constituir una amenaza mucho mayor para la ciudad. Según el Seattle Times, los edificios de la década de 1970 suelen estar formados por esqueletos de acero, unidos por soldaduras (uniones soldadas). Por tanto, la actividad sísmica de Seattle podría dañar la estructura de acero con el tiempo, mientras que la plataforma de hormigón de la Torre Rainier permanece intacta.
foto de Cumulus Clouds, wikimedia, CC 3.0
El hermano pequeño del World Trade Centre
La fachada del rascacielos está formada por estrechas ventanas separadas por tiras de metal. Este diseño distintivo se tomó de los proyectos anteriores de Yamasaki en Seattle y Nueva York. El edificio IBM, cercano a la actual Rainier Tower, se construyó en 1964 y se caracterizaba por sus finas líneas longitudinales superpuestas en las ventanas. Por su parte, el World Trade Center de Nueva York, uno de los rascacielos más famosos de la historia de Estados Unidos, también utilizó líneas verticales en la fachada. Escribimos sobre la historia de las torres del WTC AQUÍ.
Con sus 156 m de altura, el rascacielos se considera hoy un icono de esta parte de la ciudad. Algunos asocian la plataforma de 38 m de altura con la punta de un lápiz o con un árbol cortado por un castor. Es, con diferencia, la idea más extraña de Yamasaki, pero fue el proyecto que definió el centro de negocios de Seattle de los años 70. Curiosamente, en 2020 se construyó el edificio Rainier Square, de 260 m, en el solar contiguo al rascacielos. El nuevo rascacielos residencial es una variación del tema de la Torre Rainier invertida.
Aunque el banco estatal Rainier no alquila oficinas en el rascacielos desde hace más de 35 años, el edificio sigue llevando el nombre asociado a la institución. Rainier es también el nombre de una montaña cercana que mide 4.392 metros sobre el nivel del mar.
Fuente: SAH Archipedia
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