fot. Johan Neven from Borgloon-Gotem, Belgium, CC BY 2.0, via Wikimedia Commons

Un templo de acero y luz. La instalación fue creada en Bélgica

Las colinas rurales cercanas a Borgloon, en el Limburgo belga, albergan una insólita instalación artística que lleva más de una década atrayendo a turistas y amantes del arte contemporáneo. «Leyendo entre líneas», también conocida como Doorkijkkerk, es una estructura que se asemeja a una iglesia local tradicional, pero al mismo tiempo es casi completamente transparente. El proyecto se convirtió en un pretexto para reflexionar sobre el papel de la iglesia en el espacio público y su significado en el mundo secularizado de hoy.

La génesis del proyecto Doorkijkkerk

La instalación fue diseñada por los arquitectos belgas Pieterjan Gijs y Arnout Van Vaerenbergh en el marco de una exposición pública organizada por el museo Z33 Kunstencentrum. La exposición incluyó varios emplazamientos en Borgloon y Heers, y la Doorkijkkerk se convirtió en su elemento más reconocible. La construcción de la iglesia calada exigió una preparación precisa de todo el proyecto. Las planchas de acero que forman la base de la instalación fueron cortadas por una empresa local a lo largo de siete meses, todo ello siguiendo las recomendaciones de los arquitectos. La instalación de la estructura duró cuatro semanas y la finalización oficial de las obras tuvo lugar el 24 de septiembre de 2011.

La arquitectura y la forma del «templo

En su diseño, los creadores se refirieron a la silueta de una de las iglesias locales, cuya forma recrearon a partir de escaneos láser. La instalación adopta la forma de un bloque alargado con una torre situada sobre la entrada oriental. Consta de 100 placas de acero horizontales, separadas por miles de pequeñas columnas. Esta disposición confiere al conjunto una expresión translúcida, y las proporciones de los elementos de acero y los espacios libres hacen que el edificio parezca macizo desde una perspectiva, mientras que desde otra casi desaparece en el hermoso paisaje de la campiña belga. La estructura utiliza 30 toneladas de acero corten asentado sobre cimientos de hormigón. La estructura tiene 10 metros de altura y es uno de esos ejemplos de arquitectura en los que el espectador se enfrenta a algo masivo y a la vez ligero, casi efímero.

foto de Johan Neven de Borgloon-Gotem, Bélgica, CC BY 2.0, vía Wikimedia Commons

Diferentes perspectivas de Doorkijkkerk

El efecto visual de la instalación depende de desde dónde se mire. Desde un punto de vista más bajo o más alto, la Doorkijkkerk aparece como un bulto macizo con forma de iglesia rural, como muchas de las que hay en el paisaje belga. Sin embargo, mirando desde el nivel de sus cimientos, el observador ve a través de ella el paisaje abierto de los campos y colinas de Limburgo. Las vistas desde el interior de la iglesia calada también son impresionantes. Muestran un mundo destrozado por fragmentos horizontales y verticales de acero, que también pueden crear espacio para la interpretación en el contexto de la fe y la mirada a la vida a través de su prisma.

Un espacio para la interpretación

Los arquitectos insisten en que su obra no es un comentario religioso, sino que deja libertad de interpretación al espectador. El periodista Ronan J. O’Shea señaló en The Guardian que la instalación incita a reflexionar sobre el papel de la Iglesia en el mundo moderno. Puede verse como un espacio de arte, como símbolo de una institución que pierde su dimensión material y como lugar de culto.

Por su parte, Wanda Lau, de Architect Magazine, señala que el objeto nos recuerda la dualidad de la iglesia, que puede ser el centro de la vida comunitaria o un mero elemento del paisaje. Con su inusual forma, la Doorkijkkerk sigue provocando preguntas sobre el significado de la arquitectura y su impacto en la forma en que percibimos el espacio que nos rodea.

Fuente: visitlimburg.be, worldwildschooling.com

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