Una casa de vecindad de Żoliborz de 1935. En su interior se ha creado un piso cuya disposición se basa en el diálogo y la hábil mezcla de diferentes gustos. Es un espacio de 100 metros cuadrados, creado mediante la combinación de dos unidades y diseñado para una familia de tres miembros con un perro. El interior no es el resultado de un compromiso forzado, sino de una colaboración creativa que ha dado como resultado un lugar que aúna diferentes temperamentos y necesidades.
Una vivienda de Żoliborz y el comienzo de unacolaboración
La historia del proyecto comenzó con una publicación en las redes sociales. Konrad, activista local y productor creativo criado en Żoliborz, y Kasia, abogada de Mokotów, buscaban un arquitecto que equilibrara sus diferentes enfoques del diseño de interiores. Invitaron a Monika Michałowska a trabajar con ellas. Desde el principio quedó claro que las visiones de los propietarios eran diametralmente opuestas. Él prefería el color y el eclecticismo, ella optaba por lo clásico y los colores apagados. Gracias a concesiones mutuas, lograron elaborar una estética común, en la que cada uno encontró sus propios acentos.
Nueva función entre muros históricos
El edificio en el que se encuentra el piso representa el funcionalismo clásico de Zoliborz. La tarea del diseñador consistió en transformar las dos unidades contiguas en un todo con una clara división en zona de estar y zona privada. La nueva distribución incluía un amplio salón con zona de trabajo, cocina con comedor, vestíbulo con biblioteca, dormitorio, habitación infantil y cuarto de baño. Michalowska se enfrentó al reto de los ángulos inusuales de la cocina, que requerían soluciones de carpintería individuales, y a las limitaciones de la antigua instalación del cuarto de baño.

Detalles e historias individuales
El interior se ha construido a partir de elementos que tienen su propia historia. El salón combina diseño contemporáneo con muebles de época, y un tapiz comprado a un vecino se convirtió en su punto focal. El escritorio del propietario se creó a partir de un amplio alféizar con vistas a viejos árboles. La pasión de Konrad por la música encontró expresión en el rincón de los discos y la estación de DJ. La cocina y el comedor son un espacio para reuniones familiares y sociales, donde la chapa de roble se yuxtapuso al acero y las sillas restauradas de la época del modernismo checoslovaco. El dormitorio, por su parte, combina una base tranquila con toques más informales, mientras que al pasillo se le ha dado la función de biblioteca. El cuarto de baño se inspira en la estética modernista y el espíritu de Le Corbusier, mientras que la habitación de los niños se ha dispuesto como un espacio fabuloso pero estructurado, lleno de detalles teatrales.
Żoliborz tenement – filosofía dediseño
La diseñadora Monika Michałowska subraya que un interior debe ser, ante todo, cómodo y propicio para la vida cotidiana. La estética desempeña un papel importante, pero no puede predominar sobre la funcionalidad. El piso Żoliborz se ha convertido en un ejemplo de espacio que no solo tiene buen aspecto, sino que madura con sus ocupantes. Es un lugar que combina la energía de una gran ciudad con la tranquilidad de un enclave verde, creando un hogar armonioso para una familia joven.
diseñado por Monika Michałowska
fotografía: Martyna Rudnicka
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