Viena es una ciudad repleta de arquitectura de fama mundial. Los más valiosos y conocidos son, por supuesto, los palacios, templos y otros edificios históricos, pero la ciudad también ha visto proyectos más recientes que se han hecho un hueco en el canon arquitectónico por su forma única y su innovación. En la década de 1970 se construyó en el sur de Viena uno de los complejos residenciales más reconocibles de Austria, el Alterlaa (en alemán: Wohn- und Kaufpark Alterlaa).
Arquitectura y distribución espacial
El complejo residencial y comercial se diseñó para crear una auténtica «ciudad dentro de la ciudad». Alterlaa se construyó por fases entre 1973 y 1985, diseñado por un consorcio de arquitectos y con la participación de Harry Glück. Su sello distintivo eran los edificios adosados, por lo que la distribución de Alterlaa se basaba precisamente en este esquema, con grandes logias y macetas que actuaban como pantallas verdes. Cada unidad tenía una cocina abierta al salón y un espacio sin tabiques innecesarios, y los pisos más grandes disponían de cuartos de baño adicionales. En total se diseñaron 35 variantes de distribuciones funcionales. Los tres bloques principales, denominados A, B y C, se extienden paralelos a lo largo de 400 metros. Están alineados de norte a sur y separados por espacios de 40 metros. Los segmentos más altos del edificio alcanzan los 85 metros con 27 plantas. Cada una de ellas está equipada con cuatro ascensores con alimentación independiente. Las plantas inferiores se destinan a aparcamientos e instalaciones técnicas.
Alterlaa: para comodidad de los residentes
En 24 hectáreas se construyeron unos 3.200 pisos, la mayoría para familias. Casi dos tercios de las unidades eran pisos de tres habitaciones o más, con un tamaño medio de 74,5 metros cuadrados. Se ha previsto un aparcamiento subterráneo para 3.400 coches e instalaciones de separación de residuos. Los planificadores también previeron una serie de servicios: desde escuelas y guarderías, un centro comercial, instalaciones médicas y zonas deportivas hasta parques urbanos y una iglesia. En 1995 se inauguró la estación de metro Alterlaa de la línea U6, que conecta directamente con el resto de la ciudad. Esto permitió al complejo un acceso rápido y cómodo al transporte público, lo que aumentó considerablemente su atractivo en el mercado inmobiliario. Alterlaa tiene hoy unos 9.000 habitantes.

Zonas verdes y espacios comunes
En 2015 se celebró el 90 aniversario del nacimiento de Harry Glück. Con este motivo, las amplias zonas verdes que rodean la finca recibieron su nombre para destacar la contribución del arquitecto a este innovador proyecto. Este parque ocupa una superficie de más de 12 hectáreas, lo que corresponde a dos tercios de la superficie total de la finca. El lugar desempeña un papel importante en la vida cotidiana de los residentes, cumpliendo una función recreativa y social. Desde el principio, el proyecto Alterlaa ambicionaba ser algo más que otro grupo de pisos sin alma. Los arquitectos previeron crear un lugar para la integración social y la vida cotidiana de los residentes. Para ello, los tejados de los edificios se han adaptado a terrazas públicas de paseo con saunas y piscinas, mientras que la parte central de los bloques alberga siete piscinas cubiertas, un tepidarium, soláriums y saunas de infrarrojos.
Gestión de Alterlaa y satisfacción de los residentes
En la actualidad, también hay 30 clubes de urbanización en la zona de Alterlaa. Sus espacios se han puesto a disposición de los residentes sin una función designada y son ellos quienes deciden cómo gestionarlos. Dentro del complejo también hay una emisora de televisión y la redacción del periódico de la urbanización, así como un pequeño centro comercial. El mantenimiento de toda la infraestructura corre a cargo de una empresa local con 50 empleados. Los resultados de encuestas periódicas muestran que los residentes de Alterlaa están muy satisfechos con el nivel de vida en la urbanización. El lugar atrae sobre todo por su interesante oferta de viviendas y su amplia infraestructura. El complejo cuenta con tiendas, restaurantes, una biblioteca y numerosos puntos de servicio. Los residentes poseen acciones de la sociedad gestora de la urbanización y pueden elegir a sus representantes en el consejo de inquilinos. De este modo, tienen voz y voto en el funcionamiento de la urbanización.
Fuente: architectuul.com, wien.info.at
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