Una escuela con tejado de madera. Esto es lo que construyeron en España

La escuela con tejado de madera está situada en un suburbio de Valencia. El edificio fue diseñado por los arquitectos de Gradolí & Sanz Arquitectes. Los arquitectos aprovecharon el terreno y colocaron la entrada principal no hacia la ciudad, sino hacia un barranco, lo que permitió que el edificio se abriera al paisaje.

La escuela no es un edificio sencillo. El edificio consta de muchas partes y es arquitectónicamente rico. La distribución funcional por sí sola es un ejemplo del original planteamiento de los diseñadores. Los niños entran en la escuela atravesando el pinar por pasarelas de madera elevadas. Observan el edificio a través de las copas de los árboles. No hay una transición brusca con una puerta, sino un recorrido gradual desde el pueblo hasta el edificio educativo.

La escuela se construyó en forma de «S». Esta forma permitió crear espacios exteriores para el aprendizaje y el juego. Los arquitectos consiguieron crear un patio de recreo conectado con la naturaleza. Gracias a esta disposición, cada aula tiene vistas a un barranco y a un pinar, lo que fomenta la conexión visual con la naturaleza.

Las aulas se dividieron en cinco zonas distintas, que permiten a los alumnos moverse libremente según sus intereses y necesidades. Hay un área sensorial, un área de vida práctica, un área de lengua, un área de matemáticas y un área de estudios culturales.

A cada aula se accede por una entrada con taquillas y bancos, donde los niños se quitan los zapatos y la ropa de abrigo. Un arco bajo en la pared marca la entrada, diseñado a la escala de los alumnos. Esto hace que la transición al espacio educativo sea intuitiva y acogedora. Las aulas se extienden en torno a una zona común que es más que un pasillo. Con zonas ampliadas, rincones, balcones y pasarelas con vistas al patio de recreo, se transforma en un lugar para reunirse, trabajar y jugar.

Al diseñar la zona que rodea el edificio, los arquitectos quisieron crear un espacio atractivo para pasar tiempo al aire libre. En la parte oriental del solar hay un parque infantil, en la occidental amplias terrazas para relajarse. Aquí no hay césped cortado uniformemente. La vegetación debía ser natural. Raíces visibles, ramas, conos y plantas sustituyen al césped artificial.

La escuela se construyó exclusivamente con materiales de bajo impacto: arcilla quemada y madera. Los muros de carga de 60 centímetros de grosor, hechos de ladrillo perforado, junto con las bóvedas y suelos de ladrillo, muestran la belleza en bruto de la arcilla. La madera se utiliza en toda la estructura, en los paneles del tejado, los tabiques -tanto interiores como exteriores- y en la carpintería.

El hormigón se limita a los cimientos y el acero sólo aparece en determinadas columnas y balaustradas. No hay falsos techos, ni revestimientos, ni suelos técnicos: nada queda oculto. El ladrillo visto hace las veces de estructura, deflector y acabado, aprovechando su textura e imperfecciones naturales. Los sistemas mecánicos y eléctricos del edificio permanecen visibles, lo que permite a los alumnos trazar sus recorridos y comprender cómo está construida y funciona la escuela. De este modo, el propio edificio se convierte en una herramienta educativa.

diseño: Gradolí & Sanz Arquitectes

equipo: Arturo Sanz, Carmel Gradolí, Fran López

fotos: Mariela Apollonio, www.fotografadearquitectura.com

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