Royal Crescent es un conjunto arquitectónico monumental de la ciudad de Bath, cuyos edificios constituyen uno de los ejemplos más característicos del estilo georgiano en Gran Bretaña. Una serie de 30 casas dispuestas en forma de media luna, fue diseñado por John Wood el Joven y construido entre 1767 y 1774. El edificio está considerado de Grado I y su fachada es un icono del diseño urbano del siglo XVIII.
Royal Crescent se construyó en un terreno comprado en 1766 a Sir Benet Garrard. John Wood el Joven diseñó una fachada unificada con columnas jónicas en el primer piso y una planta baja rústica. La idea clave era la armonía y la simetría: cada una de las 30 casas tiene una fachada idéntica y sus hileras forman una media luna monumental. Lo que sorprende, sin embargo, es la diversidad del resto de la urbanización: cada propietario tuvo vía libre para diseñar la parte trasera del edificio y su distribución.
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Este sistema ha restado coherencia a las fachadas traseras. El complejo se diseñó según el concepto de rus in urbe (pueblo en la ciudad), con vistas al extenso parque situado enfrente. Los edificios estaban destinados a servir como residencias de lujo para residentes adinerados, a menudo nobles retirados y personas prominentes.
Construcción, 1769. Fuente: art.bathnes.gov.uk
El Royal Crescent mide unos impresionantes 150 metros de largo y está decorado con 114 columnas jónicas de 14,3 metros de altura cada una. La fachada del edificio es de piedra extraída en Bath, característica de la región, lo que le confiere un cálido color miel. Los tejados estaban cubiertos originalmente con losas de piedra, sustituidas más tarde por pizarra. La pieza central de la media luna es el edificio 16, que se distingue por sus columnas jónicas duplicadas. Delante de la fachada del complejo hay un pequeño foso que servía de barrera para los animales.
La Media Luna se conocía originalmente como «The Crescent». La adición del adjetivo ‘Royal’ se asocia a la visita del príncipe Federico, que adquirió la casa número 16. A lo largo de los siglos, Crescent ha sido el hogar de muchos personajes famosos, como William Wilberforce, Thomas Linley y Richard Brinsley Sheridan. Las casas han sido testigos de acontecimientos históricos tumultuosos, como los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, que dañaron los números 2 y 17. Durante los siglos XIX y XX, el uso de muchos de los edificios cambió: algunos se convirtieron en pisos u oficinas. En la década de 1970, algunas casas se subdividieron en pisos, mientras que otras se utilizaron como hoteles o museos.
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La First Crescent House, conocida como No 1 Royal Crescent, es ahora un museo gestionado por el Bath Preservation Trust. Se ha restaurado para reflejar la vida de los residentes adinerados del siglo XVIII. Los interiores están decorados con muebles originales y detalles característicos de la época. El edificio también sirve como centro educativo y sede de una organización dedicada a preservar el patrimonio de Bath.
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El Royal Crescent es uno de los símbolos más reconocibles de Bath y un testimonio de la excelencia del urbanismo del siglo XVIII. En 1950, todo el complejo fue declarado edificio protegido de Grado I. Diversas iniciativas de restauración han conseguido preservar su carácter original, aunque los interiores de algunos edificios han sido alterados.
En la actualidad, el edificio atrae a visitantes de todo el mundo y constituye un ejemplo vivo del patrimonio arquitectónico británico como quintaesencia de la belleza y la armonía georgianas. Su fachada única, su elegante simetría y su rica historia lo convierten en uno de los hitos arquitectónicos más preciados de Gran Bretaña.
Fuente: royalcrescent.co.uk, visitbath.co.uk
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