En la década de 1920, el expresionismo del ladrillo se extendió por Alemania, Bélgica y los Países Bajos, dejando tras de sí edificios increíblemente ornamentados de ladrillo arremolinado. Uno de los ejemplos más destacados de este estilo es la antigua oficina de correos de Utrecht. El edificio impresiona por sus ornamentos simbólicos y sus grandes arcos de ladrillo. A pesar del cierre de todas las oficinas de correos holandesas a principios del siglo XXI, el edificio de Utrecht sigue funcionando hoy como biblioteca.
El concurrido recinto
En el solar de la antigua oficina de correos de la plaza Neude de Utrecht hubo una vez un monasterio. Sin embargo, durante la Reforma, el edificio del monasterio pasó a manos de las autoridades locales y en el siglo XVII se estableció en el solar la Casa Real de la Moneda. El edificio actual no se construyó hasta 1924, después de que el solar fuera comprado por la oficina estatal de correos holandesa.
La poderosa oficina de correos de ladrillo fue un diseño de Joseph Crouwel, que en aquella época construyó varios edificios más en un estilo de ladrillo similar. Crouwel se inspiró en la Escuela de Ámsterdam, popular a principios de la década de 1920, según la cual los edificios de ladrillo debían impresionar con ornamentación, esculturas y arte en todo el diseño. La escuela holandesa formaba parte del movimiento del Expresionismo del Ladrillo, popularizado en Alemania. AQUÍ y AQUÍ puedes leer sobre ejemplos impresionantes de este estilo.

Arcos de ladrillo
De la estructura monumental de la fachada sobresale un risalit con tejado a cuatro aguas. Los dos grandes pilares de ladrillo que sobresalen del bloque recuerdan en cierto modo a elementos de los diseños del arquitecto finlandés Eliel Saarinen. Su combinación de Modernismo y Art Nouveau, pionera en esta parte de Europa, inspiró a Crouwel para crear la ornamentación geométrica de la fachada. Obsérvense los remates arrugados de los pilares de ladrillo y las ventanas altas pero estrechas.
Al entrar, el ladrillo oscuro se torna de un alegre amarillo. El gran vestíbulo, ahora utilizado como sala de lectura, impresiona con sus arcos parabólicos en el techo. El estrecho acristalamiento entre los arcos deja entrar mucha luz. Los arcos no son las únicas formas de jugar con el ladrillo por parte del arquitecto. En las paredes se ven celosías de ladrillo y motivos geométricos, y el reloj que cuelga sobre la entrada parece hecho de ladrillo. En realidad, el reloj fue creado por la famosa fábrica de loza de Delft. La cerámica de colores forma la esfera hexagonal del reloj.
Frente al reloj decorado, los artistas dispusieron el escudo holandés con el célebre león, joya de la dinastía Nassau. Bajo la ornamentación se ocultan ventanas porticadas con columnas. Un acento cromático importante es el negro intenso de la piedra belga Petit Granit. El artista Hendrik van den Eijnde talló en ella figuras que representan los continentes. Su estilo recuerda al arte egipcio, que fascinó al escultor en los años veinte. Son visibles figuras que representan a América con toros a sus pies y a Europa con un globo terráqueo en las manos. Relieves de palomas mensajeras se extienden junto a las cinco esculturas. En el interior también es fácil encontrar referencias al transporte, el comercio y la prosperidad.

Última entrega
Las salas superiores serpentean alrededor del techo abovedado parabólico. Tras importantes reformas en la década de 1970 y una remodelación en 2020, el ático se convirtió en otro lugar para leer y tomar libros prestados. Los modernos interiores de la biblioteca se caracterizan por la sencillez y los colores vivos. El edificio remodelado alberga un cine, una sala de lectura, cafeterías, oficinas, una librería e incluso un aparcamiento subterráneo para bicicletas.
La remodelación del edificio ha salvado el patrimonio del expresionismo del ladrillo de Utrecht. Tras la privatización de Correos en 2008, el destino del edificio era incierto. Curiosamente, la Oficina de Correos de Utrecht no cerró como última oficina postal hasta 2011. Durante varios años el edificio permaneció sin planes concretos de metamorfosis, pero en 2016 los arquitectos de Zecc Architecten y Rijnboutt empezaron a hacer cambios en el centenario edificio. Hoy, el edificio no es solo la sede de la biblioteca de la ciudad, sino también un centro cultural único.
Fuente: Ontdek Utrecht
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