Villa Milusin, en Sulejówek, tiene un significado especial en la historia de la Polonia del siglo XX. Se convirtió en una especie de símbolo sociopolítico por su asociación con la persona de Józef Piłsudski, activista independentista, soldado, líder, político, destacado estadista y uno de los padres de la independencia polaca. Fue en este edificio donde se tomaron las decisiones clave para el destino de nuestro Estado, y Piłsudski acogió aquí a eminentes personalidades de su época.
Sulejówek, antes de la Primera Guerra Mundial un minúsculo pueblo en medio de bosques, se convirtió en un popular lugar de veraneo tras la apertura de una parada de ferrocarril en 1910. En 1921, Aleksandra Piłsudska, convencida por el vicepresidente del Sejm Jędrzej Moraczewski, compró un terreno boscoso con una pequeña casa de verano de madera. La iniciativa de conmemorar los servicios del mariscal dio lugar a la construcción de la villa Milusin, financiada por el Comité de Soldados Polacos.
La villa a finales de los años 20 y 30. Fuente: NAC – Archivo Digital Nacional www.nac.gov.pl/
La pequeña villa Milusin, de estilo señorial, de moda en el periodo de entreguerras, fue diseñada por el arquitecto Kazimierz Skórewicz. La elección del estilo no fue casual. En el primer cuarto del siglo XX, la forma característica de la casa solariega polaca se convirtió en la encarnación del estilo nacional y tenía una dimensión simbólica para el Estado renacido tras los años de las particiones. Villa Milusin reflejaba estas aspiraciones, convirtiéndose en un símbolo de la identidad nacional.
Józef Piłsudski acompañado de su esposa Aleksandra, sus hijas Jadwiga y Wanda, el profesor Odo Bujwid (junto al mariscal) y su ayudante el teniente Michał Galiński delante de la villa, 1925. Fuente: NAC – Archivo Digital Nacional www.nac.gov.pl/
Józef Piłsudski se trasladó a Milusin en 1923, tras su dimisión del cargo de Jefe del Estado Mayor. Durante tres años Milusin se convirtió en su hogar familiar, lugar de trabajo y de encuentros con sus antiguos subordinados. Sus obras importantes, como Mis primeras batallas y El año 1920, fueron escritas durante este tiempo. Tras el regreso de Piłsudski a la actividad política, la familia se trasladó al Belvedere, mientras que Milusin siguió siendo un lugar de veraneo y vacaciones.
Interior de la villa a finales de los años veinte y principios de los treinta Fuente: NAC – Archivo Digital Nacional www.nac.gov.pl/
Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la emigración de Aleksandra Piłsudska a Londres, la mansión fue ocupada por la Wehrmacht, y en 1947 pasó a manos del Ejército polaco, que retiró los recuerdos del mariscal. Después de la guerra, hasta 1956, la casa estuvo a disposición del embajador de la URSS, y más tarde se convirtió en un jardín de infancia. En 2000, el Ayuntamiento de Sulejówek cedió Villa Milusin a la Fundación de la Familia Józef Piłsudski, y en 2008 se firmó un acuerdo para crear el Museo Józef Piłsudski en Sulejówek.
Foto: Maciej Jabłoński/F11, colección: Instituto del Patrimonio Nacional
El valor de Milusin no se limita a los aspectos históricos y científicos, sino que también incluye la autenticidad. La villa y la casa ‘Drewniak’ han permanecido inalteradas desde la época de Piłsudski. Se han conservado la distribución espacial, la carpintería de puertas y ventanas, los parquets y suelos originales y la modesta decoración arquitectónica interior. Años más tarde, los muebles y objetos originales que habían amueblado la casa en vida del mariscal, dispersos tras la guerra, volvieron al edificio. La restauración del entorno de los edificios, llevada a cabo en los últimos años, ha permitido recrear la forma y la función de las distintas partes del complejo.
Fotografía: Maciej Jabłoński/F11, colección: Instituto del Patrimonio Nacional
El Museo Józef Piłsudski de Sulejówek, situado en la Villa Milusin, es un importante lugar de recuerdo y educación histórica. Los visitantes pueden ver interiores auténticos, muebles y objetos relacionados con el Mariscal, así como participar en numerosos actos educativos y culturales. Gracias al esfuerzo de muchas personas, Willa Milusin sigue siendo un testigo vivo de la historia polaca y un símbolo de la lucha por la independencia.
Fuente: zabytek.pl
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