Tras pasar años en Italia, Ola y Tomek volvieron a Polonia cargados de recuerdos del sol, la naturaleza y el ritmo perezoso del Sur. El proyecto de las diseñadoras de interiores Daria Wachowicz y Martyna Duch-Kupis convierte esos recuerdos en realidad cotidiana: se han mudado a una casa de Varsovia de 150 metros cuadrados. Su interior de tres plantas combina la ligereza italiana con la calidez de la hospitalidad polaca.
El interiorismo realizado es como una historia estética, pero en lugar de citas literales de la arquitectura italiana, se sugieren trazos sutiles. La composición del interior parte de una base natural y tranquila: madera, piedra y tejidos suaves forman el fondo sobre el que florecen los detalles. Cada elemento está pensado para el placer cotidiano; la función y la poética coexisten sin tensiones, y la forma permanece abierta a nuevas evoluciones.
Materiales y detalles
Los suelos en un clásico diseño de espiga se intercalan con losas de piedra natural y superficies textiles, que en conjunto construyen una refinada neutralidad. La cocina de madera, punto focal axial de la planta baja, actúa como escenografía de los rituales cotidianos: cocinar, conversar y desayunar antes de salir. Los cuartos de baño están revestidos de terrazo, cuyas finas inclusiones y reflejos cromáticos remiten inmediatamente a las casas adosadas italianas y al diseño clásico del sur. Los acentos vintage se han elegido con delicadeza: las sillas Cesca, el sillón modernista y el acristalamiento ornamentado junto a la bañera, que difunde la luz como una joya: se ha dado a los detalles un papel narrativo, no sólo estético.
Espacio y luz
La distribución de la casa acentúa la fluidez de las transiciones entre zonas. Las soluciones acristaladas y transparentes actúan como filtro entre el interior y el exterior, dejando pasar reflejos luminosos que cambian según la hora del día. La ornamentación del cuarto de baño con bañera no es mera decoración; es un elemento que introduce ritmo y juego de luces, haciendo del baño un ritual evocador de cálidos recuerdos estimulantes. Cada planta tiene su propio ritmo: los espacios privados mantienen la intimidad, la planta baja permanece abierta y acogedora.

Ambiente y uso
El interior cumple el postulado de los anfitriones: un hogar donde la vida cotidiana sea un placer. Los materiales y el mobiliario construyen una elegancia confortable, mientras que los objetos vintage introducen una historia de los viajes y gustos de los anfitriones. Es un espacio que alivia después de un día de trabajo, inspira la creación y permite vivir «a la italiana» sin gestos llamativos, más bien a través de rituales cotidianos. La casa se convierte en una fusión consciente de memoria y presente, donde cada elemento hace referencia a la historia al tiempo que sirve a los retos contemporáneos.
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–Un piso de 59 metros cuadrados en el barrio Moktow de Varsovia»
– «Piso minimalista en Wola»
diseño: Dash Interiors – Daria Wachowicz, Martyna Duch-Kupis
fotos: Mood Authors
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