Llevaron a cabo sus audaces instalaciones hace décadas. Elegían meticulosamente los lugares que iban a transformar. El dúo de artistas Christo y Jeanne-Claude mostraban arte en gran formato. Una de las últimas instalaciones que crearon se realizó después de su muerte. En 2021, una tela especial cubrió el Arco del Triunfo de París.
Christo Vladimir Javacheff nació en Bulgaria en 1935. Emigró a Austria en los años 50, donde adquirió libertad artística. Se dedicó a pintar retratos. Este fue su principal medio de vida. Durante su estancia en París, conoció a su esposa. Jeanne-Claude Denat de Guillebon también nació en Casablanca en 1935. Se casaron a finales de los años cincuenta.
A lo largo de su vida, realizaron más de 20 grandes instalaciones artísticas. Interactuaban con los edificios, pero también con la naturaleza. Sus acciones pretendían resaltar las características de un lugar o un objeto concreto. La mayoría de las veces, envolvían en tela objetos seleccionados, al principio pequeños como una moto o un coche, pasando por grandes árboles hasta edificios enteros.
Uno de los más famosos fue el proyecto “Surrounded Island”, realizado en Florida. En este proyecto, once islas artificiales de la bahía de Biscayne se rodearon de tela rosa. La superficie de la tela utilizada era de más de 600 metros cuadrados. Consiguieron crear el efecto de “masas de agua rosas”, en medio de las cuales “flotaban” las islas. La instalación tuvo un efecto positivo. Las islas artificiales, rodeadas de tela, se habían utilizado anteriormente para almacenar basura. Gracias a todo el acto, se limpió la zona y se sacaron del agua 40 toneladas de residuos.
Ellos “vistieron” con nuevos ropajes muchos de los edificios más famosos del mundo. Su arte despertó interés; al fin y al cabo, no estaba escondido en una galería de arte, sino que podía ser visto por cualquiera, residente o turista. Entre otros, envolvieron con telas el Museo de Arte Moderno de Chicago, el puente Pont Neuf de París o el Reichstag de Berlín. Este último lo cubrieron con telas en 1995.
Sin embargo, crear arte no siempre fue fácil. Y es que no siempre recibían permiso del gestor del edificio en cuestión para acciones tan atrevidas. El Reichstag es un buen ejemplo. Sólo recibieron permiso para oscurecerlo tras más de 20 años de esfuerzos.
Todas las telas que utilizaron para crear las instalaciones se reciclaron posteriormente, por lo que ninguno de los proyectos se repitió jamás. Cuando crearon aún no existían las redes sociales. ¿Quién sabe qué alcance y fama habrían tenido trabajando hoy?
fuente: Fundación Christo y Jeanne-Claude(www.christojeanneclaude.net)
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