fot. Kidfly182, wikimedia commons, CC 3.0

El rascacielos sin ventanas de Nueva York. Un incómodo secreto estadounidense

Este rascacielos sin ventanas es uno de los edificios más misteriosos de Nueva York. Su inusual diseño ha asombrado desde su construcción y ha dado lugar a diversas teorías sobre el interior y la finalidad del rascacielos del 33 de Thomas Street. Durante años no se ha sabido casi nada de él, a pesar de estar situado en la zona más concurrida de Manhattan.

El edificio, también conocido como AT&T Long Lines Building, se diseñó en 1969.El arquitecto John Carl Warnecke preparó el diseño del rascacielos brutalista por encargo de la empresa de telecomunicaciones AT&T. En aquel momento, la empresa era el mayor operador de telecomunicaciones del mundo. En aquella época, la empresa era líder mundial en servicios de telecomunicaciones. De ahí la necesidad de una nueva sede que pudiera albergar todos los aparatos. El arquitecto optó por el brutalismo funcional.

La fachada se construyó con losas de hormigón recubiertas de losas de granito sueco. Los monumentales muros del edificio llaman inmediatamente la atención. El rascacielos sin ventanas mide 170 m de altura y tiene 50 plantas. En la práctica, sólo 29 plantas están en uso. Las únicas aberturas del edificio son las encargadas de la ventilación.

El edificio no tiene ventanas porque no las necesita. La luz solar podría calentar las unidades innecesariamente. La falta de ventanas crea una especie de fortaleza que protege el interior de la naturaleza y las personas. La arquitectura robusta y pesada del rascacielos se diseñó para que el edificio pudiera resistir la explosión de una bomba atómica y servir de refugio. En su interior puede albergar hasta 1.500 personas, y los generadores de energía internos y los suministros almacenados le permiten sobrevivir hasta dos semanas.

TEORÍA DE LA ESCUCHA

La mayor parte del espacio interior está ocupado por maquinaria. El edificio era la principal central de llamadas internacionales de Estados Unidos. Según el blog NYC Urbanism, la centralita atendía más de 175 millones de llamadas al día en 1994.

Sin embargo, para muchos residentes, estas explicaciones sobre la finalidad del edificio no eran suficientes. Desde el momento de su construcción en 1974, el edificio fue considerado por los neoyorquinos como una sede de escuchas gubernamentales. En 1979 se rodó una película satírica titulada “Winter Kills” (El invierno mata), en la que el edificio del número 33 de Thomas Street aparecía como la sede mundial del aparato de escuchas.

En los años posteriores se estrenaron más películas, series y un juego en los que se representaba el edificio como un edificio secreto y misterioso del gobierno. Nominada a Juego del Año 2019, la producción de , Control, del estudio finlandés Remedy Entertainment, se inspiró en el edificio y creó una localización de acción similar a 33 Thomas Street. En el juego, la sede alberga fenómenos paranormales, lo que alude a numerosas teorías sobre las actividades de esta naturaleza en el edificio AT&T Long Lines.

photo s o d a p o p, flickr.com, CC 2.0

“Y TE LO DIJE”

Algunas teorías sobre el edificio pueden ser ciertas. Una investigación periodística de la revista The Intercept reveló que el aparato del edificio fue utilizado por la inteligencia estadounidense. Se decía que la agencia interna de la Agencia de Seguridad Nacional interceptaba y escuchaba llamadas. Los editores de The Intercept citaron información clasificada hecha pública por Edward Snowden en 2013. Los documentos mencionan un edificio desde el que se realizaban las escuchas. Según los editores, el edificio que aparece en los documentos con el nombre de ,,TITANPOINTE” es en realidad el edificio de líneas largas de AT&T. Los documentos sugieren que representantes de 38 países y varias organizaciones estadounidenses fueron escuchados desde el edificio.

Desde 2016, cuando se publicó el artículo de The Intercept, el Gobierno estadounidense no ha emitido ninguna rectificación concreta sobre el caso. El mismo silencio ha mostrado AT&T. En octubre de este año, el Daily Mail publicó una entrevista con un antiguo empleado del edificio. Sin embargo, el periódico británico no aportó mucha información. El antiguo empleado sólo indicó que había habitaciones en el edificio en las que no se podía entrar.

AT&T había trasladado la mayor parte de sus aparatos a un edificio vecino en 1999. Los avances tecnológicos han hecho que el espacio necesario para el funcionamiento de los equipos se haya reducido. En la actualidad, quedan en el edificio restos de equipos de telecomunicaciones y bases de datos.

33 Thomas Street, Edificio de Líneas Largas de AT&T o ¿quizá TITANPOINTE? Sea cual sea su nombre, este rascacielos sin ventanas sigue siendo a día de hoy uno de los edificios más misteriosos y peculiares de Nueva York.

Fuente: NYC Urbanism

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