La Catedral de Colonia (en alemán: Kölner Dom, oficialmente Hohe Domkirche St. Peter und Maria) es un ejemplo de maestría y artesanía en la construcción. Con más de 157 metros de altura, sus torres le otorgan uno de los primeros puestos en la lista de iglesias católicas más altas del mundo, y su extraordinaria arquitectura hace de la Catedral de San Pedro y Santa María de Colonia uno de los mejores ejemplos de arquitectura gótica.
La ciudad fue fundada en el año 38 a.C. por el caudillo Marco Agripa como campamento militar romano. En el emplazamiento de la actual catedral había un templo romano. En el año 50 d.C., el campamento recibió el nombre de Colonia Claudia Ara Agrippinensium y se le concedieron derechos municipales. Cuando el emperador Teodosio declaró el cristianismo única religión permitida, los cristianos convirtieron el templo romano en catedral. En 818 comenzó la erección de la archicatedral románica. La construcción duró hasta 870. El templo recibió el patronazgo de San Pedro y la Santísima Virgen María.
Catedral de Colonia en 1900. Fuente: Dominio público, vía Wikimedia Commons
En 1164, el arzobispo Rainaldo de Dassel trajo a Colonia las reliquias de los Reyes Magos. La construcción del relicario representativo duró casi cuarenta años. Debido al rápido crecimiento del culto a las reliquias, el templo románico pronto se quedó pequeño. En 1225 se decidió construir una nueva catedral mucho más grande. Las obras comenzaron en 1248. La catedral estaba destinada no sólo a acoger a numerosos peregrinos, sino también a dar testimonio del poder de la ciudad, la más rica y grande del imperio en aquella época. El templo de estilo gótico, luminoso, rico y elevado, se construyó con traquita, una roca volcánica importada a través del Rin desde las cercanas montañas de Siebengebirge. La construcción de una iglesia gótica, sin embargo, requería mucha más mano de obra que la de una románica, en la que no era necesario trabajar y tallar casi cada piedra. La abundancia de elementos decorativos superaba incluso la precisión de la mano de obra, lo que, sin embargo, aumentaba considerablemente el tiempo y los costes de construcción.
En 1410 se elevó la torre sur al segundo piso y en los años siguientes se colgaron las campanas. Al cabo de un siglo, la construcción tuvo que interrumpirse por falta de dinero. Durante más de tres siglos consecutivos, la catedral permaneció inacabada y todo el mundo había perdido ya la esperanza de que la construcción pudiera llevarse a término algún día. La torre sur estuvo coronada durante años por una grúa de construcción de madera del siglo XIV. Era un monumento único y singular a través del cual historiadores e ingenieros podían aprender mucho sobre la construcción de la época. Con el Romanticismo del siglo XIX llegó la moda del gótico. En 1814 y 1816 se encontraron en Darmstadt y París planos originales olvidados de la catedral. La publicidad del descubrimiento desencadenó una avalancha que desembocó en la colocación de la primera piedra en 1842 por el rey Federico Guillermo IV de Prusia para su posterior construcción. El principal donante fue el creciente Reino de Prusia. En 1880 se terminó por fin el edificio, más de seis siglos después de su inicio. La Catedral de Colonia, con sus torres de más de 157,38 m de altura, se convirtió brevemente en el edificio más alto del mundo.
Durante la Segunda Guerra Mundial, todo el centro histórico de Colonia fue arrasado por los bombarderos aliados, que arrojaron sobre la ciudad 1.455 toneladas de bombas, provocando 1.700 incendios. Sobre el interminable mar de ruinas, sólo quedó en pie la catedral. A pesar de algunos impactos de bomba, sobrevivió a daños más graves. El tejado y partes de las bóvedas resultaron dañados en varios lugares, y las fachadas también sufrieron graves daños por las esquirlas de las explosiones de los proyectiles. El templo fue reparado y hoy es uno de los pocos edificios de antes de la guerra en el centro de la ciudad. Poco después llegó otra amenaza: la lluvia ácida, que empezó a reaccionar con la piedra. Durante décadas, el agua corrosiva ha dañado la fachada y los andamios se han convertido en parte integrante del edificio.
En 1996, la catedral de Colonia fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su interior es una auténtica plétora de obras maestras del arte sacro de todo el periodo de construcción, desde la Edad Media hasta la Edad Moderna. Entre ellas destacan el relicario de los Reyes Magos, el crucifijo prerrománico de Gerón, los altares góticos de Santa Clara del siglo XIV, la sillería gótica, frescos y numerosas vidrieras de los siglos XIII al XX. Doce campanas cuelgan de las torres de la catedral, entre ellas cuatro campanas góticas de los siglos XIV y XV y la campana de tañido más grande de Europa, la campana de San Pedro. El edificio es un punto de referencia tanto de Colonia como de toda Alemania, visitado en masa por peregrinos y turistas. En 2001 la visitaron casi 6 millones de personas. En 2005, la catedral fue uno de los puntos culminantes de la Jornada Mundial de la Juventud bajo la dirección del Papa Benedicto XVI.
Fuente: cudaswiata.pl, koelner-dom.de
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