El Palacio del Parlamento rumano en Bucarest iba a ser un símbolo del éxito socialista. Para preparar el terreno para la construcción, se demolió el 5% de la ciudad. El Palacio del Parlamento tardó 13 años en construirse, consumió cientos de miles de toneladas de acero, bronce y mármol y costó casi 4 millones de euros. El edificio más pesado del mundo es el resultado del sueño de Nicolae Ceaușescu.
La colina de Urano fue arrasada junto con iglesias y asentamientos. El dictador rumano comenzó a demoler el centro de Bucarest en 1982. El pretexto para esta decisión fue un terremoto de magnitud 7,5 en la escala de Richter, que dañó considerablemente el centro de la ciudad. El proyecto “Bucarest” incluía no sólo la construcción de un enorme palacio, sino también la creación de un gran bulevar que rivalizara con el de París. Ceaușescu estaba fascinado por la jouche norcoreana. Se trataba de la independencia del Estado, una ideología unificada y la subordinación de la vida pública y privada al bienestar de la nación. Por ello, el palacio debía ser un símbolo político, reminiscencia del palacio de Kim Ir Sen.
Con estilo
La arquitecta Anca Petrescu desarrolló un diseño cuya pesadez y monumentalidad no sólo se refieren a su peso y dimensiones, sino también a su forma. El edificio se levanta sobre una base ancha y pesada y se estrecha ligeramente hacia arriba. Tiene 12 plantas sobre rasante y alcanza una altura de 84 metros. Curiosamente, el palacio parlamentario también tiene 9 plantas subterráneas, gran parte de las cuales, a día de hoy, siguen sin estar urbanizadas.
En su interior hay más de 1.100 habitaciones, entre grandes salones y pasillos monumentales. Sólo 400 habitaciones están totalmente terminadas. El estilo del palacio pretende ser neoclásico. De hecho, es “neo-neoclasicismo”. De ahí las columnas, los arcos y el mármol omnipresente. Todo con glamour, pesadez y formas grandiosas. Los interiores están decorados principalmente en mármol y madera con toques dorados. Miles de alfombras de seda cubren los suelos del palacio. Impresionantes son las arañas de cristal que cuelgan en casi todas las habitaciones. La más pesada de ellas pesa más de 2 toneladas, con un total de 2.800, y cabe mencionar que casi todos los materiales utilizados en la construcción proceden de Rumanía. La excepción es la puerta de una de las salas más grandes, donada por el dictador congoleño Mobutu Sese Seko.
Casa de la República
En la construcción del megalómano proyecto participaron 20.000 obreros, 5.000 soldados y cientos de arquitectos. Los trabajos se realizaron a gran altura, con el resultado de decenas de muertos. La construcción no finalizó hasta 1997, ocho años después del sangriento derrocamiento del dictador. Después de 1989, las autoridades de la capital no sabían qué hacer con la “Casa de la República”. Sólo cinco años después se instaló en el edificio la Cámara Baja del Parlamento, seguida unos años más tarde por la Cámara Alta.
Bajo el palacio, Ceaușescu ordenó la construcción de una red de túneles que conectaban el edificio con las instituciones más importantes de la ciudad. Se construyeron 20 km de túneles, lo suficientemente grandes como para atravesarlos en coche. La planta más baja es un búnker nuclear. Además, el palacio se derrumba constantemente, unos 6 mm al año. Su peso, estimado en 4,1 millones de toneladas, presiona el suelo con demasiada fuerza. Tal peso significa que es el edificio más pesado del mundo.
El palacio debía ser el reflejo del poder de una nación que trabaja unida. Sin embargo, incluso en su época, era como mucho un contraste con la pobre sociedad rumana. Mientras la gente pasaba hambre y perdía sus casas, el odiado dictador construía su gigantesco nuevo hogar.
Fuente: 3SeasEurope
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