El bloque de pisos modernista de Kozia 9 permanece oculto a las miradas indiscretas y al bullicio de la ciudad, a pesar de su ubicación en el corazón de la capital. Fue construido en los años setenta para las privilegiadas autoridades comunistas y se cuidó de garantizar la máxima tranquilidad e intimidad a sus residentes. El nivel de vida en el número 9 de la calle Kozia era extremadamente alto en comparación con la inmensa mayoría de los pisos de otros polacos. Allí vivieron y viven actores famosos, la intelligentsia o representantes de las autoridades. Para llegar a él, hay que entrar por el gran patio que hay justo detrás del Museo de la Caricatura.
La calle Kozia, donde se alza el bloque, discurre entre Krakowskie Przedmieście y la plaza Teatralny. El edificio ha sido hábilmente disimulado y, al mismo tiempo, ofrece a los residentes vistas del Palacio de la Cultura y la Ciencia, las casas de vecindad del Casco Antiguo y las torres del Castillo Real y el Estadio Nacional.
Kozia 9 – vista desde el sur. Autor de la foto: Jarosław Budyta
El edificio es otra realización del equipo de arquitectos dirigido por Jerzy Kuźmienka y Piotr Sembrat, responsables del bloque de pisos de la calle Karowa 18a, sobre el que escribimos AQUÍ. El de la calle Kozia resulta ser aún más sorprendente que la realización en Karowa. Tanto las paredes como todo el edificio han sufrido un amontonamiento característico. Consta de cinco partes, cada una con una planta más que la anterior, lo que hace que el edificio recuerde mucho a formas familiares de la naturaleza, como la vegetación o las células individuales, tal como pretendían los arquitectos. Este efecto se ve reforzado por la fachada escalonada, con aberturas de ventanas espaciadas uniformemente. Cabe destacar que el efecto de apilamiento se consigue en un terreno llano, lo que también introduce cierta disonancia cognitiva. Es posible que el edificio también tuviera una textura distintiva, como en el caso del proyecto Karowa, pero la modernización térmica llevada a cabo hace años borró todo rastro.
El edificio, con una superficie útil total de 2.548 metros cuadrados, se construyó entre 1974 y 1976 y albergaba 32 pisos de distintos tamaños, entre ellos uno de dos plantas y más de 100 metros de altura, el más elegante y destinado a los residentes más importantes. Puede sorprender que el edificio tenga un garaje subterráneo, algo absolutamente único en la época comunista. Andrzej Krawczyk fue el responsable de la construcción en ladrillo del edificio. En el lado que da a la calle Moliera, el bloque tiene ventanas de cañón y laterales -originalmente había cocinas en los pisos-. En el lado que da a la calle Kozia, hay grandes ventanales y balcones, y la disposición en cascada de la fachada proporciona la máxima intimidad.
Entre los residentes del bloque se podía encontrar a su arquitecto, artistas, el antiguo presidente del Banco Nacional de Polonia, empleados de ministerios y los propios ministros y otros miembros del PZPR. Los residentes del bloque de Kozia también tenían sirvientes. Una cocinera o niñera era algo natural. La propiedad tenía un gran jardín con varios callejones, zonas verdes y un conserje. Sólo años después del cambio de régimen, la capital decidió poner la zona a disposición de todos los residentes.
Por todos sus lujos, cualidades arquitectónicas y sobresaliente mano de obra, la casa del número 9 de la calle Kozia ha sido una dirección muy solicitada desde el principio y sigue siéndolo hoy en día. Su ubicación y forma hacen que las ventanas estén protegidas del viento y que el lugar esté magníficamente insonorizado. No se oyen las multitudes de la Ciudad Vieja, ni el rugido de los motores de los coches del centro de Varsovia.
Fuente: cargocollective.com, warszawa.naszemiasto.pl, powarszawsku.com
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