Plac Słoneczny es un lugar situado casi en el corazón del distrito de Żoliborz Oficerski, en Varsovia. El proyecto se concibió en la década de 1920 y fue una idea urbanística muy inusual y a la vez audaz. Por desgracia, sólo se realizó parcialmente, lo que desbarató los ambiciosos planes iniciales.
Żoliborz Oficerski está construido en su mayor parte con edificios al estilo de las casas señoriales polacas: con paredes blancas y tejados rojos. Su lugar más característico es Plac Słoneczny. Todo empezó con un inusual proyecto urbanístico para la ciudad en el periodo de entreguerras.
“Ahogada en verde, Żoliborz presenta aquí la zona entre la calle Krasińskiego y Wybrzeże Gdańskie. En el centro, la Plaza Soleada con su original ‘okrąglak'” – la foto procede del semanario Stolica nº 24 (1071) 16.06.1968
La plaza estaba situada en el cruce de tres calles – Śmiała y dos tramos de la calle Forteczna. El trazado fue creado en los años 1922-1925 según la visión de los arquitectos Antoni Aleksander Jawornicki y Kazimierz Tołłoczko. Los diseños de las casas que rodean la plaza salieron de los lápices de Romuald Gutt y Adolf Świerczyński y estaban destinados a las familias de los oficiales de más alto rango.
Las 12 casas adosadas debían construirse alrededor de una plaza circular, en la que se plantaría un álamo alto y esbelto. El lugar tenía la forma de un reloj de sol, de ahí el nombre de la plaza. Un árbol plantado en el centro de la plaza debía proyectar una sombra sobre una de las 12 casas adosadas a una hora determinada del día. Desgraciadamente, el plan fracasó, ya que en lugar de álamos se plantó en la isla un gran arce plateado (Acer sacharinum) y sólo se construyeron 10 casas adyacentes.
El árbol fue incapaz de cumplir su misión prevista, que estaba reservada al álamo alto y altísimo. Con el tiempo, el arce pasó a formar parte del paisaje de Żoliborz. Llegó a medir 490 cm de circunferencia y 20 metros de altura. Incluso fue reconocido como monumento natural e inscrito en el registro de monumentos. Desde hace muchos años es cuidado por dendrologistas, ya que el estado del árbol ha empezado a deteriorarse considerablemente. Hoy presenta un aspecto deprimente. Las casas han conservado esencialmente su antiguo carácter, aunque en su mayoría han sido modificadas y ampliadas. Las ventanas ya no tienen molduras ni colores uniformes, y en algunos jardines se han construido entradas para garajes y dependencias.
Fuente: gazetazoliborza.pl, warszawa.naszemiasto.pl
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