El Teatro Wanda Siemaszkowa de Rzeszów se ampliará con un nuevo espacio con modernos escenarios. El edificio, de cuatro plantas, ha sido diseñado por los arquitectos del estudio de Varsovia plus3-Architekci. Entre otras cosas, el nuevo edificio albergará dos escenarios teatrales. El edificio se construirá junto a las instalaciones actuales del teatro.
La sede del teatro se encuentra en la calle Sokoła, y las instalaciones de nuevo diseño se ubicarán en el barrio: en la avenida Cieplińskiego. Al trabajar en el proyecto, el equipo de plus3-Architekci ha querido respetar al máximo los edificios existentes del centro de la ciudad y los árboles que crecen en la parcela. La parte nueva no pretende dominar la sede principal de la institución.
La esencia del diseño urbano era abrir el edificio desde el lado de la avenida Cieplińskiego, aprovechando el tránsito peatonal natural. El diseño se preparó de forma que animara a los residentes a permanecer en las inmediaciones del teatro. Las condiciones técnicas de la parcela -incluida la densa infraestructura subterránea- han determinado en cierta medida la zona de entrada del edificio, situada en la arcada del voladizo del edificio, que es una especie de invitación a entrar en la zona del teatro. Es una forma de orientación del usuario.
El cuadrado formado en la arcada acentúa la zona de entrada y constituye una extensión, un primer plano. Al vincular claramente el edificio a la arteria más importante de la ciudad, la institución teatral se hace accesible, abordable. El proyecto contempla un tratamiento holístico y global de la zona de estudio. En cierto sentido, la historia del proyecto se construye en torno a los imponentes robles centenarios, monumentos naturales y testigos desde hace mucho tiempo de acontecimientos culturales. La forma de las masas e incluso el modo preciso en que se cimentaron los edificios hicieron posible la creación de un patio, una sala de estar exterior para el edificio, cuya mayor decoración son los árboles centenarios. El complejo se ha convertido en parte integrante del tejido urbano: no domina, sino que invita y fomenta nuevas relaciones sociales. Esta relación es una oportunidad para crear interdependencias informales con la institución cultural, describen los arquitectos.
El nuevo edificio se compone de varios volúmenes entrelazados y crea la impresión de una fuerte fragmentación de la urbanización, haciendo que el nuevo volumen parezca más pequeño. La aparente fragmentación del edificio ha creado una especie de secuencia que permite descubrir más espacios, al tiempo que hace que el edificio sea funcionalmente muy claro. El edificio estará situado junto a los viejos robles, que desempeñan un papel destacado. El diseño preserva los árboles, cuya presencia tiene un efecto positivo en la mejora del microclima, filtrando el aire y reduciendo el llamado efecto isla de calor. Los árboles también actúan como elemento unificador entre el mundo de la nueva urbanización y el paisaje urbano existente. Su conservación significa que en los calurosos días de verano la gente buscará cobijo bajo las ramas extendidas de estos frondosos especímenes. También es la forma más sencilla de conservar la biodiversidad.
El complejo se complementa con un edificio de almacenamiento de decoración independiente. Las fachadas prefabricadas y sobrias armonizan con los variados edificios existentes en el centro de la ciudad, al tiempo que subrayan el estatus de la institución. La estructura aparentemente no ideal y el perfil tembloroso son un intento de crear un edificio fluido, cambiante bajo la influencia del clima, en cuyas fachadas se refracten los rayos del sol y se dibujen las sombras de las ramas de los árboles. La fachada, sólida, sencilla y tenue, pretende servir de telón de fondo a las historias que se presentarán en el escenario del teatro.
El amplio vestíbulo, desde el que se accede directamente al patio, es impresionante. Su estructura abierta y liberada puede utilizarse para presentar diversas formas performativas. Un espacio que vibrará a distintas horas del día es la cafetería situada en el vestíbulo con acceso al patio. Grandes ventanales acristalados sirven de marco y enmarcan los robles tallados, que durante siglos han sido observadores de los acontecimientos culturales de Rzeszów.
Destacan las cintas de láminas de cobre suspendidas del techo, cuya forma confiere al espacio un peculiar carácter geométrico. La atmósfera de los interiores se caracteriza por un aura teatral de autenticidad y nobles medios de expresión. Los espacios oscuros de las salas armonizan con los peculiares elementos de cobre, que dan a los interiores un tono único. Las salas de teatro son accesibles directamente desde el vestíbulo: el Nuevo Escenario, con un auditorio de casi 180 butacas, y el Joven Escenario, para 60 espectadores. Cada una de las salas estará dotada de equipos de tecnología escénica de última generación, lo que permitirá una gran libertad en la disposición de las representaciones. El edificio proyectado también tendrá espacio para una sala de ensayos, habitaciones para invitados, una cafetería, camerinos luminosos, salas de administración e instalaciones técnicas. El edificio contarátambién con un espacio para exposiciones, la Galería Szajna, añaden los autores del proyecto.
La construcción del edificio comenzará a finales de 2024, o principios de 2025. Los arquitectos quieren que el nuevo edificio sea un elemento importante en el mapa cultural de la ciudad. El Teatro Wanda Siemaszkowa de Rzeszów pretende ser un centro teatral sintético abierto a la ciudad y a la región, un lugar de encuentro accesible a todos y un centro cultural vibrante de arte.
Autores: arch. Katarzyna Głażewska, arch. Krzysztof Bagiński
Colaboración de los autores: arch. Aleksandra Stoltz, arch. Hanna Kazansteva
Visualizaciones: Bartosz Trocha TROCHA-IMAGES
fuente: Plus3-Architekci(www.plus3architekci.pl)
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